Tras igualar 3 a 3 en un partidazo, Godoy Cruz sacó a Racing por penales
El Tomba había sido más pero no había podido definir la historia en los 90 minutos. En la tanda desde los 12 pasos, en la que solo falló Copetti, se impuso 5 a 4.
Fue un muy buen partido de fútbol y la serie de octavos de final de la Copa Argentina terminó del lado de quien más hizo para que el encuentro sea tan entretenido. En un duelo vibrante, Godoy Cruz y Racing igualaron 3 a 3 en los 90 minutos, con goles de Ezequiel Bullaude, Valentín Burgoa y Matías Ramírez para los mendocinos y de Lisandro López, Enzo Copetti y Javier Correa para los de Avellaneda. En los penales los dirigidos por Diego Flores no fallaron y se clasificaron a cuartos de final.
El Tomba se mostró superior de entrada. Posicionó a sus hombres en campo de Racing, se hizo amplio, manejó la pelota y arrinconó a la Academia. Le faltaban espacios para generar jugadas claras, pero en cuanto Racing le dio esa chance, supo sacar diferencia.
A los 12, Aníbal Moreno, que sobraba casi como último hombre, quiso dar un pase a hacia la derecha con todo el equipo volcado en ataque tras una pelota parada a favor. Leonel González cortó y la respuesta fue letal: Sebastián Lomónaco condujo de contraataque por la izquierda y cedió a Bullaude, que solo la tuvo que empujar para poner el 1 a 0.
Cuatro minutos más tarde, otra vez Godoy Cruz aprovechó las falencias rivales. Algunas técnicas y tácticas, pero lo que pareció condenar al equipo de Avellaneda fue su desesperación, por el resultado adverso, por los cuestionamientos a su entrenador y por un contexto muy malo. En este caso una perdida en la salida de Darío Cvitanich, que quiso fabricar una falta inexistente, derivó en un pase hacia la izquierda para Burgoa. El zurdo lo sacó a pasear a Juan Cáceres que lo siguió de manera muy tibia hasta que el 10 del Tomba remató de derecha contra el segundo palo y convirtió el segundo.
El conjunto mendocino fue directo, vertical y muy dinámico. Supo que hacer con la tenencia pero fue implacable con espacios. Esos espacios se crearon por intentos desesperados de Racing, porque en pocas oportunidades pudo realmente llegar con muchos hombres a campo rival.
Durante el resto del primer tiempo el equipo de Flores pareció más cerca del tercero que el de Claudio Úbeda del descuento. Sin embargo, a falta de un minuto para que termine la primera mitad, Racing descontó y quedó más cerca en el resultado de lo que estuvo en el juego. Eugenio Mena armó una buena jugada por la izquierda, tiró una pared con Tomás Chancalay y metió un buen centro para Lisandro López, que entró a la carrera casi a la altura del área chica y liquidó al arquero de cabeza.
En la segunda mitad, la Academia salió con bastante más decisión. A fuerza de buen juego por afuera y centros empezó a llevarse puesta al Tomba, que no reaccionaba. Tardó un rato largo en llegar, pero finalmente lo empató. Fabricio Domínguez, que ingresó bien por Cáceres, rescató una pelota en la derecha, enganchó, tiró un centro de zurda y Copetti que se había pasado volvió y metió un cabezazo no tan fuerte pero si bien ubicado contra un palo.
Godoy Cruz refrescó el equipo con un par de cambios y el partido se hizo de ida y vuelta. A los 22, Gonzalo Ábrego dio muestras de que su equipo ya estaba recuperado con un violento remate que tras un desvió dio en el travesaño. Pero inmediatamente después Copetti no pudo definir un mano a mano claro ante Juan Espínola, ante un excelente pase de Chancalay de gran segundo tiempo.
A los 33, Matías Ramírez, un joven que tiene pinceladas fantásticas desde hace rato, clavó un gol de antología. Casi como en el tanto de Burgoa, recibió en posición para tirar un centro por izquierda, pero enganchó, aceleró frente a Fabricio Domínguez hasta quedar en la puerta del área grande y sacar un misil que vulneró a Arias.
De todos modos, al tremendo partidazo le faltaba un capítulo más. En el último minuto, Maximiliano Lovera metió un muy buen centro de pelota parada y Correa, que recién había entrado, cabeceó hacia atrás e igualó un duelo increíble.
En la tanda de penales hubo una parva de buenas ejecuciones, la mayoría además muy violentas. Hasta que en el quinto de la Academia, falló Copetti, que ejecutó abajo, ni muy fuerte ni muy esquinado y se la dejó en las manos a Espínola.
El resultado, de acuerdo a lo sucedido en los 90 minutos, parece justo. Godoy Cruz fue bastante más en todo el primer tiempo y mostró una diferencia fundamental: tuvo una idea de juego clara. Racing no pareció tener un plan para el partido ni uno general. Tuvo cierto carácter para tratar de revertir un resultado y un trámite muy adverso, pero eso parece muy insuficiente para un plantel con más recursos que la mayoría de los equipos del fútbol argentino. Suma una derrota durísima a un año negativo y puede traer repercusiones.