Vélez a cuartos de final: igualó 0 a 0 ante River y por el resultado de ida se clasificó
El Fortín fue más en la serie y mereció el pasaje a la siguiente ronda. Al Millonario le anularon un gol polémico y no le dieron un penal de Godín sobre Beltrán.
Habrá mucha polémica y con toda razón. El VAR, aquel objeto que se promocionaba como el finalizador milagroso de las injusticias, volvió a empañar otra noche de fútbol. Sin embargo, Vélez mereció claramente lo que consiguió. El Fortín igualó 0 a 0 ante River en el Monumental y, gracias al 1 a 0 conseguido en la ida, se clasificó a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
El Millonario jugó decididamente mejor que la semana pasada, pero no lo suficientemente bien como para dar vuelta la serie. Los ingresos de Rodrigo Aliendro y Nicolás De La Cruz como titulares le dieron al equipo otro volumen de juego y mayor control sobre el partido. Además, la presencia de laterales naturales le aportó mayor amplitud, aunque ni Milton Casco ni Elías Gómez finalizaron bien las jugadas.
A los dos minutos, el local tuvo una de las chances más claras para abrir el partido. Casco recibió a la derecha y se la dio al centro a Aliendro, que filtró para Braian Romero. El ex delantero de Defensa y Justicia quiso definir con el revés de su pie derecho y la tiró afuera. Pero, más allá de esa ocasión puntual, no generó mucho en la primera mitad.
En el segundo tiempo, incluso aminoró en el dominio territorial y estuvo muy apagado hasta el ingreso de las primeras modificaciones. Matías Suárez y Juan Fernando Quintero le dieron aire fresco al equipo, pero la inspiración le duró cinco minutos. En ese lapso, tras una buena jugada organizada por los dos que entraron, De La Cruz remató de derecha y la pelota se fue cerca del palo izquierdo de Lucas Hoyos.
El equipo de Marcelo Gallardo se desinfló y el del "Cacique" Alexander Medina comenzó a crecer. Nuevamente, como sucedió en la ida, Julián Fernández y Abiel Osorio renovaron el ataque y le permitieron lastimar. De hecho, entre ellos dos armaron una chance clarísima para sentenciar la serie: el primero metió un pase en profundidad genial y el segundo se fue contra el arco. Pero, trasladó demasiado, Franco Armani lo atoró rápido y le tapó el mano a mano.
Inmediatamente después, llegó la gran polémica de la noche. Sin contexto, porque el equipo de Núñez no jugaba nada bien, Esequiel Barco desbordó por izquierda, enganchó hacia atrás y tiró un centro de derecha. Por el segundo palo, Matías Suárez entró y la empujó de cabeza. Toda la cancha festejó y nadie amagó ni el más mínimo reclamo.
Pero, antes de que se reanude el juego, Roberto Tobar fue convocado por el VAR. Lo invitaron a revisar una supuesta mano de Suárez tras el cabezazo. El árbitro chileno analizó la imagen unas 100 veces, y en ninguna se pudo observar con claridad si tras el remate del ex delantero de Belgrano la pelota le impacta en el brazo, en otra parte del cuerpo o en la frente de su marcador, Francisco Ortega. A pesar de no tener ninguna certeza, el juez lo anuló.
Sin ideas, el local fue con lo que le quedaba: centros frontales. No tuvo oportunidades en ese esquema, pero hubo espacio para una polémica más. Tras uno de esos envíos, Diego Godín, recién ingresado, saltó contra Lucas Beltrán y en la única repetición que pudo verse pareció golpearlo con el codo. Tobar no la vio y no le informaron que debía analizarla en imágenes.
Polémicas aparte, lo de River es un fracaso estrepitoso. Fue el único equipo argentino que se reforzó como para poder pelearle a los equipos brasileños, el de más y mejor plantel, o al menos el que más gasto del fútbol argentino y se despidió de su gran objetivo en octavos de final, donde todavía contó con sus dos grandes estrellas ya vendidas al exterior.
Compró mucho a principio de año, se metió en negociaciones iniciadas por otros clubes y se llevó a jugadores que ya tenían charlas avanzadas para jugar en otro lado, desarmó a Colón, y aún así no le alcanzó. Con muchísimo más plantel que en 2021, hasta ahora, en lo que va del año, mostró un rendimiento ampliamente inferior.
Lo de Vélez es absolutamente destacable. Tiene puntales de experiencia, pero su nivel se ampara claramente en sus juveniles. Máximo Perrone, Nicolás Garayalde y Valentín Gómez jugaron una serie descomunal y sostuvieron no sólo el nivel técnico sino también físico de su equipo. Avanzó a cuartos de final, donde enfrentará a Talleres y se erigió como un equipo que está para cosas importantes.