Era el partido más esperado y cumplía claramente las expectativas. La semifinal de Roland Garros entre Rafael Nadal y Alexander Zverev tenía un nivel acorde al inmenso talento de ambos tenistas, pero se terminó abruptamente por una dura lesión. Sobre el final del segundo set, el alemán no pudo continuar y el mejor jugador de la historia en polvo de ladrillo avanzó a la final.

El primer set tuvo una gran paridad. Si bien Sascha quebró en el primer juego de saque de su rival, Rafa volvió a demostrar que tiene la mentalidad más fuerte del mundo del deporte e igualó la cuestión en el octavo game. No pudieron sacarse diferencia y la historia se definió en un largo tie break que ganó el español 10-8.

En el segundo, otra vez Zverev consiguió el primer break y se mostró más dominante. Pero Nadal nuevamente consiguió emparejar y la historia parecía repetirse: todos aguardaban una definición cerrada. En ese momento sucedió lo imprevisto. El joven 3º del mundo hacia su derecha a devolver una pelota y en ese mismo instante sufrió una fortísima torcedura de tobillo.

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La imagen fue escalofriante y la reacción posterior muy preocupante. Con mucho dolor hizo todo lo posible para recuperarse y no pudo. Se lo llevaron de la cancha en silla de ruedas para ser atendido. Reglamentariamente tenía 15 minutos para recuperarse y volver a la pista, pero el panorama era complejo.

Luego de un rato, regresó en muletas tan solo para saludar a su contrincante y despedirse del público parisino. Claramente, no estaba en condiciones de seguir adelante con una batalla tan difícil.

La triste despedida de Zverev de Roland Garros

El legendario Nadal va a jugar su 14º final de Roland Garros. Las 13 que disputó hasta ahora las ganó. Su récord en el principal torneo de polvo de ladrillo del mundo es arrollador: jugó 114 partidos y solo perdió en tres oportunidades. Enfrentará al noruego Casper Ruud que derrotó en la otra semifinal a Marin Cilic.