Antes que nada hay que decir que estamos frente a una historia real, aunque la magia de la serie la dibuje como si fuera ficticia.  La historia de los Edwards es tan peculiar como imaginativa la puesta que eligieron los creadores para contarla.

Hace unos 8 años, Susan y Christopher Edwards, fueron condenados a 25 años de prisión por el asesinato de los padres de Susan, en un crimen que fue ocultado durante 15 años. Los cadáveres fueron enterrados en el jardín de la casa de los ancianos que luego fue vendida. Así la pareja, que luego se trasladó a Francia, mantuvo la ilusión de que William y Patricia Wycherley continuaban con vida en el exterior mientras gastaban su dinero, cobraban sus pensiones y mantenían correo con sus allegados.