"Para cubrir mis propias necesidades afectivas me refugio en mí, ¿quién mejor que yo?"
La actriz y cantante, que protagoniza dos obras intensas al mismo tiempo, en una conversación con Alejandra Canosa. Maternidad, compromiso, amor, relaciones y la pasión por la actuación se convierten en palabras llenas de contenido.
Coordinar una charla con la actriz y cantante Inés Estévez obliga a hacer malabares y a tener paciencia hasta encontrar el momento exacto en el que se brindará con su enorme sensibilidad y calidez. Entonces, se enciende el grabador y ella se predispone a conversar acerca de su interpretación en la obra “Bosque Adentro”, donde conmueve en el rol de una madre que junto con su hija adolescente emprenden un viaje al sur de la Argentina.
“El arco del personaje me gustó desde un principio, una crianza monomarental, una hija adolescente, la relación que tienen, esa textura particular de la madre joven que no encuentra la frontera entre la autoridad y la complicidad con su hija, los hombres de la historia omnipresentes en su ausencia... La relación traumática con su padre y el hecho de transitar una road movie teatral. Todo eso me sedujo”, dice, categórica, acerca de la obra que dirige Corina Fiorillo -y que escribió Carla Moure-, en la que fluyen las emociones en sintonía con lo que generan en la platea.
-La temática de la obra aborda la problemática del vínculo madre/hija. ¿Cómo es (o fue) la relación con tu mamá?
-Más que hablar de mi historia personal que, dicho sea de paso, dista muchísimo de la ficción, me interesa transitar una maternidad neurotípica. Comprobar que los desvelos de la maternidad neurodiversa son muy diferentes y tanto más complejos. Es casi una experiencia catártica atravesar ese mundo desconocido y sentirme cerca de la hegemonía durante la hora que dura la obra en el escenario.
-Recuerdo que en abril se presentó el Proyecto en Discapacidad para Docentes en el Senado y ahí estuviste.
-Sí, es importante abrir esa puerta. Hay adhesiones y hay temores y resistencias. Es vital que se entienda que la capacitación docente está vinculada a tener conocimiento y herramientas para evitar la segregación. La idea no es que el maestro se encargue de algo más de lo que le tocó ocuparse hasta ahora. El tema es la implementación y ahí es donde luego tendremos que trabajar en conjunto para que se aplique algo lógico, dinámico y confortable para todos.
-De vez en cuando posteás en redes los pequeños grandes logros de tus hijas Cielo y Vida, y al mismo tiempo compartís reflexiones de la “maternidad en discapacidad”.
-La idea es que un día dejen de ser algo distintivo y pasen a ser tomados como algo natural. La idea es siempre acercar a la vista del mundo la experiencia neurodiversa con la esperanza de que no sorprenda. El objetivo es que podamos circular por la calle, los restaurantes, los cines, los teatros, los negocios y los transportes sin miradas excluyentes de compasión o rechazo. Hay que convivir con lo diverso de una vez por todas. Y para cubrir mis propias necesidades afectivas, me refugio en mí, ¿quién mejor que yo?
-¿Cuál es tu nivel de exigencia en el doble rol de mujer y mamá?
-El nivel de exigencia ya no lo determino yo sino las circunstancias. Nunca supe priorizarme y desde que ejerzo esta maternidad estoy intentando aprenderlo. En general, vivo con varios flancos postergados pero aun lentamente voy logrando metas personales y profesionales.
-Como si fuera poco, también protagonizás “Plagio” la nueva obra de José María Muscari y Mariela Asensio, con cuatro elencos bien jugados.
-Plagio es un viaje en una moto poderosa a la que te subis y en la que pasa de todo.
En la obra, en dupla con la actriz Malena Solda, abordan una historia de amor gay. Son cuatro versiones del mismo amor: dos parejas gays y otras dos heterosexuales. La obra habla del amor, pero atravesado por el poder, la pasión, ciertos temores…
-Hablemos de tu personaje.
-Es una política a punto de asumir el poder como presidenta con un conflicto que pone en juego su fachada de mujer casada y su relación con su amante, que por ser mujer, se complica mucho más.
-¿Cómo es la logística para poder ver las cuatro versiones?
-Cada elenco tiene entre dos y tres funciones semanales, la gente puede sacar un abono para dos o más y, cuantas más ve, menos paga. Nosotras, con Malena, estamos los viernes a las 22,30, los sábados a las 19, y los domingos a las 17,30, en un teatro maravilloso como el Regina, que está en el segundo piso de la Casa del Teatro.
-¿Cómo viene aspectado el resto del año en cuanto a la música y al cine?
-Lógicamente la música se detuvo por un par de meses pero ya salimos a la cancha a partir de agosto nuevamente con el Jazz, en Bebop. Para el cine siempre hay espacio. Espero este año hacer alguna peli mientras se acercan las postproducciones de “Miranda de viernes a lunes” (película de María Victoria Menis) y “Vera” (de Federico Actis y Romi Tamburrelo).
-¿Creés que estamos atravesando tiempos de "amores cobardes” y de poco compromiso afectivo? ¿Estás en pareja?
-No sé si definiría así a estos tiempos de redes y humanidad, creo que más bien son épocas de búsquedas, temores y transiciones. En cuanto a mí… no creo que a nadie le importe ni le sume saber si estoy en pareja.
-¿Con quién te quedó algún café pendiente?
-No sé si pendiente, pero siempre anhelaré un vino con mi padre.