La escena que inicia este relato debería ser el final, pero es el principio.

El señor de 68 años, millonario, pero que usa ropa gastada y compra comida de oferta en el supermercado, se sienta a ver la televisión en el tercer piso de su casa alquilada en Teddington, un barrio ubicado al oeste de Londres, cerca del Támesis.