Entregan material fílmico peronista al Archivo Nacional de la Memoria
El subsecretario general de la Presidencia de la Nación, Gustavo López, entregó material fílmico del histórico Grupo de Cine Peronista entre 1971 y 1976.
El acto se realizó en el salón Rodolfo Puigross del ANM, donde lo recibió su titular, Ramón Sánchez Molina, en compañía del cineasta y docente de la UNLP Nemesio Juárez, Hugo Bacci, presidente de Memoria Fértil, y Yuyo Pereyra, de la UNLP y ex integrante del Frente Universitario por la Revolución Nacional (FURN).
López llevó el saludo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y calificó de "extraordinarios" los días presentes, aún conmovidos por la recuperación de Guido Montoya Carlotto, nieto de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
El funcionario se autocalificó como "no peronista" y se congratuló de la convergencia política que su presencia subraya en el gobierno nacional, en tanto apuntó a que el mismo Estado que reprimió, torturó y asesinó personas "es el mismo que ahora protege la memoria", objetivada en las películas a resguardar.
El material consiste en unas doce horas de registros fílmicos -mayormente en 16 mm- que fueron digitalizados y del que se exhibió una conmocionante síntesis producida por Nalo Huck y dirigida por Alfredo Núñez, que abarcó desde el primer regreso de Juan Domingo Perón a los prolegómenos de la dictadura cívico-militar de 1976.
Allí se pudo ver asambleas universitarias, variadas represiones desde los años de Juan Carlos Onganía y sus sucesores, militantes estudiantiles y obreros, multitudinarias marchas, la despedida del General Juan Domingo Perón en Plaza de Mayo y otros testimonios que hacen a la historia de los argentinos, que finalizó con una aplaudida voz en off del expresidente Néstor Kirchner el 24 de marzo de 2004 que abrió las puertas de la ex Esma a los sectores populares.
Se destacó que muchos de esos materiales pasaron por distintas etapas de la clandestinidad, fueron enterrados y camuflados, pasaron de mano en mano y muchos militantes dieron la vida para que no llegaran a estar en poder de los genocidas Miguel Etchecolatz y Ramón Camps, para quienes eran codiciadas presas.
Torres Molina, por su parte, destacó que si bien esas bobinas recuperadas no fueron rodadas por cineastas militantes "fueron obra de militantes-cineastas que las filmaban para testimoniar lo que suponían que sería parte de la historia del país".
Destacó que hacia 1966 ya no eran viables sólo las reivindicaciones estudiantiles en la UNLP y que con la conjunción de las carreras de Derecho, Bellas Artes y Medicina se dio un contenido político a esas actividades, y que el registro de la realidad a través de filmaciones, fotografías y tomas de sonido comenzó a tener un sentido concreto.
Torres calificó a la memoria como "una construcción permanente" y anunció la preparación de "Huellas", una publicación de pequeñas biografías de militantes y luchadores nacionales desde las masacres de la Patagonia en 1921, pasando por los bombardeos a Plaza de Mayo en junio de 1955, el Plan Conintes y otros hechos represivos anteriores al mar de sangre desatado en 1976.