El jueves 29 de mayo a las 20:30 horas, la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires presentará en el Teatro Colón el sexto concierto de su ciclo 2014, con el maestro francés Philippe Entremont como director y pianista.
 
El programa lo integran dos obras de Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791): la Obertura de “La flauta mágica”, K. 620 y el Concierto Nº 20 para piano y orquesta en Re menor, K. 466, y con la Sinfonía Nº 5 en Si bemol mayor, Op. 100 de Sergei Prokofiev (1891-1953).
 
La Orquesta Filarmónica de Buenos Aires obtuvo dos Premios Konex de Platino como la mejor orquesta argentina de las últimas dos décadas, en 1999 y en 2009. En 2013 fue distinguida con el Premio “Mejor Orquesta Sinfónica Argentina” de 2012 por la Asociación de Críticos Musicales de la Argentina.
 
La dirección
 
Luego de su debut en el Carnegie Hall, cuando tenía dieciocho años, Philippe Entremont inició una excepcional carrera internacional como pianista, y durante los últimos treinta años también en el podio. Portavoz de la música clásica en los cinco continentes, es uno de los artistas más grabados de todos los tiempos y ha obtenido los principales premios de la industria. Dirigió las más importantes orquestas sinfónicas de Europa, Asia y América. Fue Director Musical de las orquestas Filarmónica de Nueva Orleans, Sinfónica de Denver, Orquesta de Cámara de Holanda, Orquesta de Cámara de Viena (por más de treinta años) y Orquesta de Cámara de Israel. En la actualidad es Director vitalicio de la Sinfónica de Múnich, con la cual realizó varias giras internacionales, y Director de la Filarmónica de Boca Ratón. En 1997 fundó el Festival Musical de Santo Domingo, del que es Director Artístico y de la orquesta.
 
En “La flauta mágica” (1791), Mozart llevó al singspiel alemán hasta su más perfecta representación. Tomó una obra ligera, como un cuento de hadas, y, a través del libreto escrito por Emanuel Schikaneder, la transformó en una ópera donde los opuestos aparentemente antagónicos -profundidad y comedia- coexisten con incomparable facilidad y convicción. La Obertura es rica en sonoridad, concisa en la construcción y pródiga en invención melódica y armónica.
 
Mozart ingresó en su catálogo el Concierto Nº 20 en Re menor el 10 de febrero de 1785. Al día siguiente lo estrenó dirigiendo desde el teclado. La tonalidad menor -era la primera vez que la empleaba en un concierto- aportó una nueva intensidad dramática y expresiva. Según el pianista y musicólogo Charles Rosen, esta obra fue “una demostración de que el concierto podía situarse con igual dignidad al lado de cualquier otra forma musical, capaz de expresar la misma profundidad de sentimiento, y de trabajar la más compleja idea musical”.
 
En el verano de 1944 Serguei Prokofiev instaló su residencia en una granja en Ivanovo, perteneciente al Sindicato de Compositores. La situación cómoda y pacífica le permitió dedicar toda su energía a la composición. En el apogeo de su capacidad musical y emocional escribió la Sinfonía Nº 5, notable por su escala y carácter épicos. Los temas, la orquestación y el espíritu son amplios y fuertes; la ironía y el grotesco desempeñan un papel reducido aunque esencial. El compositor manifestó: “Es la culminación de todo un período de mi obra. La concebí como una sinfonía sobre la grandeza del alma humana”.
 
Para mayor información, se puede ingresar a www.teatrocolon.org.ar
 
Fuente: Martín Leopoldo Díaz