La revista Playboy cumple en enero 60 años y para celebrarlo eligió a una de las modelos más exitosas y polémicas: Kate Moss. La top model británica se vistió de "conejita" con un body negro y un pompón blanco para protagonizar la edición especial.

De la producción de fotos en la que Moss posó ante los prestigiosos fotógrafos de moda Mert Alas y Marcus Piggot, sólo se dio a conocer una imagen hace unos días en la cuenta de Twitter de la publicación.

Hugh Hefner, fundador de la revista, explicó que su elección de la modelo para la portada fue porque ella es "un emblema en todo el mundo y cruza la barrera de la imaginería sexual al de las modelos de lujo".

Además Moss es famosa por ser polémica y revolucionaria, características que también definen el ADN de la revista. Es que la revista del conejito fue mucho más que una publicación que muestra mujeres desnudas, también se podían encontrar textos con razonamientos profundos y bien redactados, artículos de estilo de vida para hombres cultos y preparados. Hasta grandes literatos colaboraron en varios números, como es el caso de Vargas Llosa o García Márquez.

Hefner fue un visionario que lanzó una revista revolucionaria y la convirtió en un hito de la historia. Nacido en Chicago en abril de 1926 en el que él describe como "un hogar conservador y puritano", Hefner dice haber recibido "pocos abrazos y besos de pequeño" y confiesa haber dado rienda suelta a su imaginación con libros de cómics.

Los personajes de Boris Karloff y las historias de Flash Gordon lo inspiraron y lo llevaron a hacer sus propios dibujos, que aparecen publicados por primera vez en Una autobiografía ilustrada: el Playboy de Hugh Hefner.

La primera edición, publicada en diciembre de 1953, contaba con un póster de Marilyn Monroe completamente desnuda, y se vendió en pocas semanas con una tirada de más de 50.000 revistas.

Pese a haber roto algunas barreras, Hefner cree que sus compatriotas todavía no se han liberado todo lo que debieran.

"Antes de Playboy estábamos muy reprimidos", dijo, a lo que añadió que aunque las cosas "no están tan mal como en los 50", los estadounidenses todavía son "muy hipócritas" en lo que a cuestiones sexuales se refiere.