¿Cómo responderán Polonia y la OTAN al ataque ruso?
La OTAN se rige por un principio de defensa colectiva, pero son varios los movimientos que pueden surgir a partir del ataque de los misiles rusos sobre Polonia
En el marco del proyectil que explotó en un secadero de granos de la localidad de Przewodów, dentro de Polonia y que resultó en la muerte de dos personas, el mundo se encuentra expectante mientras se evalúa cómo reaccionará tanto el país polaco como la OTAN.
Cabe aclarar que la Organización del Tratado del Atlántico Norte se rige por un código de defensa colectiva, pactado en el artículo 5 del Tratado de Washington. El mismo establece que un “ataque armado” contra un país miembro en Europa y Norteamérica se considerará un ataque contra toda la Alianza. Planteado esto, y en virtud del artículo 51 de la Carta de Naciones Unidas sobre la legítima defensa, los miembros de la OTAN están en su derecho de ejercer las medidas necesarias, incluyendo el uso de la fuerza, para restaurar la paz y la seguridad.
La respuesta de la OTAN también está condicionada por la actitud del gobierno polaco. Para que se aplique el protocolo de defensa colectiva, debe haber un pedido de uno de sus miembros en el cual explicite que está siendo atacado y que solicita ayuda militar a sus pares. De todas formas, al momento del ataque, el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, llamó a una reunión inmediata del gabinete de crisis.
En estos momentos debe haber consultas paralelas entre las principales capitales occidentales y en Bali, Indonesia, donde se realiza la cumbre del G-20, en busca de respuestas. El gobierno de Varsovia no dará ese paso hasta que no tenga consentimiento previo desde Washington. También pesará la opinión que provenga desde Londres y París.
Por su parte, los polacos pueden condenar y pedir reparaciones, pero no están habilitados a solicitar la aplicación inmediata del artículo 5. Todo se mantendría en los carriles actuales en lo que Ucrania continúa su defensa territorial en solitario con la ayuda de materiales bélicos e información estratégica de la OTAN. Sin embargo, otra situación que puede surgir es que el gobierno de Varsovia pida la ayuda militar por carriles discretos y sus aliados le aconsejen, también en forma subterránea, que lo deje pasar y espere un mejor momento para asestar el golpe que le quisieran dar a Vladimir Putin y su entorno.
En términos diplomáticos, la opción que circulaba esta noche era la de un ataque selectivo ucraniano contra algún objetivo ruso dentro de su territorio con el apoyo logístico polaco y de la OTAN cuidándose de que sea “restringido y no constituya una excusa para escalar la guerra”.
Por el momento, desde las capitales europeas y Washington se mantiene une estado de prudencia, ya que prefieren no extender la guerra en otros territorios y, de esa manera, evitar darle a Putin una oportunidad de ocultar sus fracasos en Ucrania.
El ataque en Polonia se relaciona otras múltiples situaciones en las que Rusia sufrió un revés en su intento de invadir Ucrania y respondió con una ofensiva de misiles, cohetes y drones kamikazes. En esta ocasión, se trató de más de cien misiles lanzados en indiscriminadamente que alcanzaron edificios de viviendas civiles en Kyiv y varias otras ciudades ucranianas. Pero el problema mayor surgió a partir del desvío de dos misiles sobre el territorio ucraniano miembro de la OTAN.
Los ataques tuvieron como objetivo la estructura de energía del país, una meta que las fuerzas rusas vienen intentando desde hace meses: dejar al país sin energía para provocar una crisis humanitaria a la próxima llegada del invierno. El ministro ucraniano del área, Herman Halushchenko, dijo que habían producido 15 ataques a centrales y redes eléctricas, así como diferentes objetivos civiles en al menos seis ciudades grandes, desde Kharkiv en el este hasta Mykolaiv en el sur y Lviv en el oeste. Por su parte, Yuriy Ihnat, portavoz de la Fuerza Aérea Ucraniana, dijo que se habían lanzado más de 100 misiles y que los sistemas de defensa antiaérea habían logrado interceptar a decenas.