La persistente y creciente violencia ya llevó al gobierno iraquí a pedir ayuda internacional para poner coto al mayor derramamiento de sangre en el país desde 2008, a escasos meses de las primeras elecciones generales en Irak en cuatro años.

Las autoridades iraquíes están preocupadas por el resurgimiento que experimentó la rama local de Al Qaeda gracias a la guerra civil en la vecina Siria, donde los islamistas, con apoyo de países regionales, luchan para derrocar al gobierno sirio.

La nueva jornada de violencia llegó un día después de otro día de ataques y atentados que dejaron al menos 59 muertos, según informaron hoy las autoridades, que actualizaron una cifra de 45 víctimas fatales que había sido proporcionada en la víspera.

Ningún grupo reivindicó los hechos, pero las sospechas recaen en lsa organziaciones islamistas radicales sunnitas como Al Qaeda, que quieren derrocar al gobierno chiita del primer ministro Nuri Al Maliki.

En el ataque más letal de hoy, al menos 32 personas murieron y 40 resultaron heridas al explotar un coche bomba en un mercado en la localidad de Al Saadia, en la provincia de Diyala, informaron fuentes policiales.

En el momento de la explosión, el mercado estaba muy concurrido y además de la pérdida de vidas hubo un importante daño material, tanto dentro de las tiendas como en los autos estacionados en los alrededores, informó la agencia de noticias EFE.

Una serie de tiroteos y ataques con bomba en otras partes de Diyala, en la periferia de Bagdad y en la norteña ciudad de Mosul provocaron otros 14 muertos, mientras que fuerzas de seguridad mataron a dos milicianos insurgentes, informó la policía.

La violencia sectaria y los atentados con explosivos aumentaron en el último tiempo en Irak, con frecuentes ataques contra las fuerzas de seguridad y la comunidad chiíta.

Según los datos de la misión de la ONU en Irak (UNAMI) y del gobierno iraquí, cerca de un millar de personas perdieron la vida en actos violentos durante el pasado octubre, uno de los meses más mortíferos de los últimos cinco años.