La policía británica acordonó las principales arterias del centro londinense que conducen al Palacio de Buckingham. Fue tras recibir una amenaza sobre un artefacto explosivo en el centro de Londres.

La noticia se produce en vísperas del primer viaje a Irlanda en un siglo del titular de la monarquía británica, en este caso la Reina Isabel, y una semana antes de la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Londres. 

Las fuerzas de seguridad británicas informaron que la amenaza provino de un grupo separatista de Irlanda del Norte, y medios de comunicación local es añadieron que habría sido cerca de la residencia del ministro del Exterior británico, William Hague, donde se constató un gran despliegue policial. Scotland Yard recomendó a los londinenses que efectuaran sus actividades normalmente, pero pidió que se mantuvieran alertas.