“La última información de esta contabilidad macabra dice que son ya 390 los fallecidos en el interior de Río de Janeiro, en la zona serrana. La catástrofe no afecta el litoral de la ciudad”, precisó el corresponsal de la Agencia ANSA en Brasil, Darío Pignotti.

El hallazgo de nuevos cuerpos elevó considerablemente el número de muertos como consecuencia del temporal que azota esa región.

El número de víctimas fue divulgado por las autoridades municipales de Teresópolis, Nueva Friburgo y Petrópolis, las ciudades más afectadas por las torrenciales lluvias que provocaron deslizamientos de tierras que sepultaron varias viviendas construidas principalmente en las faldas de las montañas.

“El gran ingrediente es el social y económico. En Teresópolis y en Nueva Friburgo, dos ciudades bastante señoriales, que fueron colonias habitadas por alemanes y por suizos, crecieron polos industriales que dieron lugar a muchas favelas y barrios pobres emplazados en los cerros. Allí está el foco de la tragedia”, explicó Pignotti en La Vuelta.

“Es la peor catástrofe climatológica de la historia de Río de Janeiro. Las aguas y el barro descienden con una velocidad estremecedora y arrasan con todo lo que tienen por delante”, agregó.

“Las expectativas permiten suponer que el número de víctimas fatales superará los 500. Se habla de que hay más de 300 desaparecidos, muy probablemente ya sin vida”, dijo el periodista argentino.

“El Servicio meteorológico local asegura que seguirá lloviendo intensamente, inclusive, hasta el martes”, señaló

Las búsquedas de desaparecidos prosiguieron sin interrupción en Nueva Friburgo y Teresópolis; mientras en Petrópolis fueron reanudadas este jueves tras haber sido suspendidas en la última noche debido a la falta de luz y al difícil acceso a las áreas más afectadas.

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que sobrevoló en helicóptero las áreas más afectadas por los temporales, prometió medidas de ayuda y "acciones firmes" tras un breve diálogo que tuvo con damnificados en Nueva Friburgo.