Australia: se agrava la situación en la peor ola de incendios en décadas en el este del país
La entrada de fuertes vientos amenaza con avivar los cerca de 60 focos en Nueva Gales del Sur, donde los bomberos fusionaron 2 incendios. Detuvieron a niños por causar las llamas.
La entrada de fuertes vientos amenaza con avivar los cerca de 60 fuegos que arden en el estado de Nueva Gales del Sur, en el este de Australia, donde los bomberos utilizaron hoy la táctica de fusionar dos incendios y donde mañana 1.400 de ellos se sumarán al millar de personas que combaten las llamas.
Los pronósticos para mañana, séptimo día de la peor oleada de incendios en décadas en el este del país, apuntan a que será un "día difícil" debido a fuertes vientos de hasta 100 kilómetros por hora, a un aumento de las temperaturas por encima de los 30 grados y a un descenso del 10 por ciento de la humedad.
"Mañana las condiciones (meteorológicas) serán peor de lo que habíamos previsto en los últimos días", alertó el comisionado del Servicio Rural de Bomberos, Shane Fitzsimmons. "Va a ser un día difícil para las comunidades en las regiones de Hunter y en el área de Sídney y por supuesto en las zonas que ya han sido afectadas por los incendios", agregó Fitzsimmons. "En días como el de mañana hay un potencial muy real de que haya más pérdidas de casas y vidas", subrayó el comisionado.
Las autoridades de Nueva Gales del Sur se preparan para hacer frente a un fuego que mañana podrían alcanzar un perímetro de 1.500 kilómetros en la zona Blue Mountains, una de las más afectadas. Para ello, realizarán mañana en esta región turística el mayor despliegue de su historia, movilizarán a 1.400 bomberos para reforzar el millar de personas que en los últimos días han combatido las llamas. "No podemos garantizar que habrá un camión de bomberos para cada casa ni que podamos atender a cada persona", alertó Fitzsimmons.
En Blue Mountains, los bomberos fusionaron anoche "de forma táctica y deliberada" los principales incendios de State Mine y el de Mount Victoria.
Ahora esta gran área en llamas ocupa una superficie de más de 450 kilómetros cuadrados. El comisionado del Servicio Rural justificó este cambio de táctica para evitar que ambos fuegos se unieran a un tercero en Springwood, a 76 kilómetros al oeste de Sídney, y crearan un "megaincendio".
Estas operaciones agresivas de quemas controladas se vieron beneficiadas por las tenues lluvias que cayeron por la mañana, aunque estás no lograsen ralentizar el avance de los principales incendios
El Servicio Rural de Bomberos urgió a todos los vecinos sin razones importantes para quedarse que abandonen la zona de Blue Mountains antes de mañana al mediodía. Las autoridades también han ordenado el cierre de las escuelas y guarderías infantiles en esta región y han ordenado la evacuación de algunos ancianos de los asilos de la zona.
El ministro estatal de Servicios de Emergencia, Michael Gallacher, llamó a las familias a velar por los niños. "No es un día libre en la escuela en el que mamá y papá puede dejar a los niños sueltos. Instamos a los padres o los que sean responsables de los niños que los mantengan bajo control mañana porque va a haber una situación muy volátil", dijo el ministro.
Las autoridades de Nueva Gales del Sur también han ordenado el cierre de algunas escuelas en la región de Southern Highlands, a más de cien kilómetros al suroeste de Sídney, donde arde otro importante incendio. Hasta el momento 120.000 hectáreas han sido arrasadas o están en llamas en Nueva Gales del Sur, donde siguen activos 57 incendios, 17 de ellos fuera de control, y fue declarado el estado de emergencia el domingo pasado.
La crisis de incendios, la peor en 45 años, comenzó el jueves de la semana pasada cuando los fuegos forestales calcinaron más de 200 viviendas, la mayoría de ellas en Springwood, y un hombre de 63 años murió de un infarto tratando de proteger su casa cerca de Lake Munmorah, a 124 kilómetros al norte de Sídney.
Las autoridades han detenido a cinco menores, entre ellos un niño de 11 años, por supuestamente iniciar algunas de las llamas que provocaron las catástrofe de la semana pasada. Los daños provisionales de los incendios superan los 96 millones de dólares (70 millones de euros).