Benedicto XVI pidió perdón por el abuso de niños por parte de sacerdotes católicos y calificó de "crímenes indescriptibles" esos hechos, en el marco de su histórica visita al Reino Unido.

"Pienso en el inmenso sufrimiento causado por el abuso de niños, especialmente dentro de la Iglesia y perpetrado por sus ministros", declaró el papa en su homilía desde la Catedral de Westminster, sede en Londres de la Iglesia Católica de Inglaterra y Gales.

El sumo pontífice católico, de 83 años, inició el jueves una histórica gira por el Reino Unido, donde se reunió con la reina Isabel, en la primera visita de un Papa a territorio británico como jefe de Estado del Vaticano.