El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, logró salvar su gobierno al superar la moción de confianza planteada en su contra en el Parlamento. La diferencia en su favor fue ajustada, ya que 316 parlamentarios votaron a favor, mientras que 301 lo hicieron en contra. Una derrota hubiera forzado al jefe de gobierno a dimitir.

En la primera ronda de votación, un boicot por parte de parlamentarios de izquierda causó caos y confusión en la bancada oficialista del Legislativo. Sin la participación de al menos la mitad más uno de los miembros de la Cámara, la votación no tenía validez.

Berlusconi había destacado ayer que no veía alternativa a su gobierno de centro-derecha para salir a las crisis económica y de la deuda. En ese sentido, el primer ministro acusó a la oposición de no tener programa.  Si el Parlamento no le daba su confianza, se tendría que haber convocado a nuevas elecciones legislativas en 2012. El mandato de la actual legislatura finaliza en 2013.

El gobierno sufrió un duro revés el martes pasado, en una votación sobre el informe de cuentas de 2010. La oposición de izquierda exigió después la renuncia de Berlusconi, quien planteó luego la moción de confianza.