Bolivia denunció artículos de la Convención de Viena de 1961 de las Naciones Unidas sobre la lucha antinarcóticos "que desestiman la cultura de los pueblos", informó el canciller David Choquehuanca. "El país no se retiró de la Convención, sino que manifestó su desacuerdo con los mecanismos que mantienen a la hoja de coca en la lista de estupefacientes", explicó en charla con la prensa.

De esa forma el Gobierno de Evo Morales busca defender el acullico (masticado de la hoja de coca), prohibido por ese tratado y que forma parte de las tradiciones culturales de Bolivia y otras naciones andinas.

El canciller recordó que la Constitución Política del Estado, vigente desde febrero de 2009, declaró a esa planta Patrimonio Cultural, recurso natural renovable y factor de cohesión social, que en su estado natural no es estupefaciente. Por ello, precisó, Bolivia denunciará todo acuerdo internacional que contradiga los mandatos de la carta magna, aunque enfatizó que ello "no quiere decir" que el país altiplánico "se aleje del combate al tráfico de drogas".