Charlie Hebdo comunicó que seguirá pese al atentado
En medio de gran estupor en Francia, la ministra de Cultura, Fleur Pellerin, anunció hoy planes para facilitar hasta un millón de euros en ayuda pública al semanario.
Con su sede convertida hoy en un lugar de peregrinaje silencioso adornado con flores, velas y dibujos, el semanario satírico francés Charlie Hebdo, blanco de un feroz atentado que ayer dejó 12 muertos y conmocionó al mundo, anunció hoy que "no se detendrá" y que ya prepara un nuevo número para la semana próxima.
En medio de gran estupor en Francia, la ministra de Cultura, Fleur Pellerin, anunció hoy planes para facilitar hasta un millón de euros en ayuda pública para que Charlie Hebdo pueda continuar, mientras que el diario Libération informó que la revista aceptó usar su redacción para elaborar sus próximos números.
También hoy, autoridades y periodistas de Le Monde y otros medios de comunicación de Francia celebraron una reunión en la que acordaron hacer mañana un llamado, a través de periódicos, canales de TV y emisoras de radio, para que se hagan donaciones para Charlie Hebdo.
"Vamos a continuar, decidimos salir la semana próxima, no sabemos cómo pero saldremos cueste lo que cueste. Todos estamos de acuerdo", subrayó el jefe de redacción de la revista, Gérard Biart, en una entrevista con la radio France Inter un día después del ataque contra la publicación, cerca del centro de París.
"Es duro, entre el dolor, la pena y el miedo que nos abarca, pero vamos a hacerlo porque no es la estupidez la que nos vencerá", aseguró Biart en el reportaje de la radio pública francesa.
El atentado fue cometido cerca del mediodía por presuntos islamistas radicales que ingresaron en la sede del semanario fuertemente armados y asesinaron a su director, a otras tres figuras legendarias de la caricatura de prensa francesa, a un empleado de mantenimiento, un invitado y dos policías.
El anuncio de la salida de un nuevo número de la publicación, que se destaca por sus ilustraciones y sus crónicas satíricas y que vivía bajo amenaza de islamistas por haber publicado caricaturas de Mahoma consideradas ofensivas por muchos musulmanes, ya desata gran expectativa en el país galo.
El abogado del semanario, Richard Malka, señaló al diario Le Parisien que el próximo número saldrá el miércoles de la semana que viene -no el lunes, el día habitual de publicación de la revista- y tendrá una tirada de un millón de ejemplares, algo impensable para una publicación gráfica en el país.
El récord de tirada de este semanario se remonta al año 2006, cuando se imprimieron 400.000 ejemplares, luego de la publicación de una polémica caricatura de Mahoma que ofendió a muchos musulmanes y le valió amenazas de islamistas radicales.
Charlie Hebdo, fundada en 1969 con una línea de izquierda libertaria, recibía regularmente amenazas por caricaturas políticamente incorrectas y sus burlas a políticos y religiones.
El ataque de ayer privó al semanario de cuatro figuras centrales del panorama periodístico: el director Stephane Charbonnier, alias 'Charb', y otros tres celebérrimos dibujantes: Jean Cabut,'Cabu'; Bernard Verlhac, 'Tignous'; y Georges Wolinski.
Charb había declarado hace dos años al diario Le Monde que era plenamente consciente del riesgo que corría, y que prefería "morir de pie que vivir de rodillas".
Su pareja, la ex secretaria de Estado Jeannette Bougrab, se manifestó hoy en estado de "shock" y dijo que los dibujantes muertos merecen ser enterrados en el Panteón de París, dedicado a las figuras más ilustres de Francia, al tiempo que se quejó de una falta de apoyo al semanario antes del atentado.
En declaraciones entre llantos al canal privado de noticias BFM TV, Bougrab confió que 'Charb' se sentía amenazado constantemente por el acoso que recibía en las redes sociales.
"Tratábamos de vivir normalmente pero no podíamos. Ahora nos acordamos, pero vivía con vigilancia las 24 horas y, a pesar de las dificultades económicas de Charlie Hebdo, el apoyo era escaso", añadió.
A Charb "lo ejecutaron por defender la libertad de expresión y el laicismo, los valores de Voltaire. Junto a sus camaradas, como él los llamaría", manifestó en referencia a la militancia comunista de su ex pareja.
"Charlie Hebdo tenía problemas de dinero, pedimos ayuda a nuestros lectores pero no alcanzaba. Esto al menos debe servir para que la revista no desaparezca. Eso sería una derrota", insistió.
En tanto, un día después del atentado, miles de parisinos y turistas se acercaron al sitio del ataque, convertido en espacio de peregrinaje silencioso, para dejar flores y velas en recuerdo y homenaje para las víctimas.
"Es indudable que los atacantes eran demasiado estúpidos. Querían eliminar a Charlie Hebdo y con su bestialidad lo transformaron en inmortal", dijo Julien, un actor de 36 años que visitó el lugar visiblemente emocionado, en declaraciones a Télam.
Situada a 600 metros de las plazas de la República y de La Bastilla, la sede de Charlie Hebdo amaneció hoy con una enorme foto de Charb, Wolinski, Cabu y Tignous.
Bajo la foto, miles de personas se acercaron para colocar ramos de flores, velas, dibujos, banderas francesas, tapas viejas y emblemáticas del semanario y una banderola con una inscripción en inglés: "Never quit, they can't win, vive la France" ("No se rindan nunca, no pueden vencernos, ¡Viva Francia!").
"Vine aquí solo en mi pausa de almuerzo a pararme bajo la lluvia un rato para poder reflexionar con mayor claridad sobre lo que pasó. No pude dormir en toda la noche, siento un nudo en la garganta", dijo por su parte Jean-Michel, empleado administrativo que acudió al lugar con una bandera francesa anudada en su cuello.
En medio de la congoja y el estupor persistente, cada tanto el clima cambiaba cuando los parisinos miraban con desconfianza a ocasionales grupos de turistas, que desvían su paseo por el barrio de La Bastilla para fotografiar el lugar.
En los alrededores de Charlie Hebdo, la "selfie" (autofoto) está considera una muestra de mal gusto, como el actor Julien le explicó a dos jóvenes británicas.
"Es importante venir, mostrar que estamos acá. Solo la presencia ya es algo. Venir a dejar un dibujo, charlar con los que se acercan, unirnos, no desconfiar de nosotros", apuntó emocionada Joel, estudiante de 23 años, mientras iluminaba 12 velas en un momento de tregua de la persistente lluvia.
En una jornada de duelo nacional, donde las banderas francesas, que lucían dos crespones negros, ondearon a media asta en el primero de tres tres días previstos, el bulevar Richard-Lenoir y los pasajes lindantes continuaban vallados por la policía, que seguía con su investigación.
Sobre el coqueto bulevar, decenas de camiones con antenas satelitales de medios de comunicación de todo el mundo alteraban la tranquilidad habitual del paisaje y molestaban a los habitantes del barrio.
En cambio, los comerciantes disfrutaban de un alza en sus ventas, aunque como Ahmed, muchos son de origen árabe y preferían no hablar del atentado ocurrido a 50 metros de su negocio de comidas rápidas.