Líderes demócratas y republicanos del Senado de Estados Unidos lograron un acuerdo de principios que servirán como "hoja de ruta" para realizar este año una reforma migratoria que incluiría la legalización de la población indocumentada, que abarca a 11 millones de personas, en su mayoría latinoamericanos.

Se acordaron cuatro "pilares" básicos para la reforma: una vía "dura pero justa" para la legalización de los indocumentados; un cambio del sistema de visas; un sistema "eficaz" de verificación del estatus migratorio de los empleados y un proceso "mejorado" para controlar futuros flujos migratorios.

El documento, fruto de intensas negociaciones a puerta cerrada tras los comicios de 2012, será divulgado en una rueda de prensa esta tarde en el Capitolio, de acuerdo a lo anunciado por voceros de ambos partidos.

"El siguiente paso será redactar un proyecto de ley, pero es significativo tener la cooperación de gente como el senador republicano John McCain. Si logra reunir los votos (de la oposición) para aprobar la reforma, eso cimentará su legado en el Senado", dijo una fuente demócrata del Senado que pidió no ser identificada.

Se trata del primer gran esfuerzo reformista en materia migratoria desde 1986, cuando el entonces presidente republicano, Ronald Reagan, promulgó una "amnistía" que legalizó a tres millones de indocumentados. Los esfuerzos de 2006 y 2007 fracasaron por falta de consenso, pero una amplia coalición de grupos cívicos, religiosos y empresariales presiona al Congreso a que resuelva el problema.

Según el grupo bipartidista que elaboró la propuesta, la legalización estará supeditada al reforzamiento de la seguridad fronteriza y al establecimiento de un sistema que verifique la salida de quienes se quedan en Estados Unidos con visas vencidas. Se calcula que hasta un 40% de los indocumentados entraron al país con visas que dejaron caducar.

El "armazón" de la reforma establece más recursos y personal para la Patrulla Fronteriza, incluyendo un aumento en el número de aviones no tripulados y equipos de vigilancia contra los cruces ilegales, entre otros elementos.

Salvo los indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran menores de edad -los denominados "soñadores" ("dreamers", en inglés)- y los trabajadores agrícolas, el resto de los extranjeros clandestinos tendrá que "ponerse en cola" para realizar los trámites.