Rodrigo Duterte, expresidente de Filipinas y una especie de Bukele de ese país, fue arrestado en el aeropuerto de Manila por orden de la CPI, acusado de crímenes de lesa humanidad relacionados con su guerra contra las drogas. La CPI emitió una orden de arresto el 7 de marzo, alegando que Duterte lideró un escuadrón de la muerte y ordenó asesinatos extrajudiciales. 

Tras su llegada de Hong Kong, Duterte cuestionó la legalidad de su detención y sus abogados presentaron una solicitud para impedir su extradición. El arresto provocó protestas de sus aliados y abogados en el aeropuerto. 

La CPI investiga los miles de asesinatos ocurridos durante la campaña antidrogas de Duterte, con estimaciones que varían entre 6.000 y 30.000 víctimas. Familias de las víctimas y críticos como el exsenador Antonio Trillanes celebraron el arresto como un paso hacia la justicia. 

El gobierno filipino confirmó la detención y su disposición a cooperar con la CPI. El juicio se llevaría a cabo en La Haya, aunque la extradición podría enfrentar obstáculos legales y diplomáticos.