Detienen a un joven español por pedir la muerte de políticos vía Twitter
Un joven de 19 años fue apresado por sus dichos, a raíz del reciente asesinato de una dirigente local del conservador Partido Popular (PP) del presidente Mariano Rajoy.
Según informaron medios españoles citando fuentes de la Guardia Civil, el joven fue arrestado en la provincia de Valencia (este) por un presunto delito de apología para acometer asesinatos.
En los mensajes el joven mostraba "su conformidad" por la muerte de la política del PP Isabel Carrasco y arengaba a hacer lo mismo con otros políticos de la formación conservadora, incluido Rajoy.
Los agentes de la Guardia Civil registraron su vivienda y se incautaron de diverso material informático.
El asesinato a tiros de Isabel Carrasco en plena calle de León (norte) el pasado lunes conmocionó al país y abrió un debate político y social sobre los mensajes con amenazas e insultos vertidos en las redes sociales.
El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, anunció el miércoles que su departamento estudiará cómo "poner coto" a expresiones que incitan al odio o hacen apología del delito en las redes sociales.
"Si los instrumentos legales actuales no son suficientes, vamos a estudiar la manera de abordar instrumentos legales adicionales que
permitan hacer compatible la libertad de expresión y el derecho a la información con el derecho a los ciudadanos a la intimidad, el honor y a su seguridad", explicó.
Partidos como Izquierda Unida (IU) criticaron la decisión del gobierno y le acusaron de llevar a cabo una caza de brujas en Internet contra sus "enemigos y adversarios". Por parte del Partido Socialista (PSOE), el más importante de la oposición, varios dirigentes y ex dirigentes consideraron innecesaria una regulación específica sobre el tema.
Desde el primer momento, el gobierno de Rajoy sostuvo que el móvil del crimen cometido en León fue la "venganza personal". La policía nacional detuvo por el asesinato a dos mujeres de 55 y 35 años, madre e hija, que ya están en prisión.
Según fuentes de la investigación, la primera habría confesado que cometió el crimen para vengarse de Carrasco, de 59 años, por haber despedido a su hija en 2011 de su puesto de trabajo en la Diputación de León, de la que la fallecida era presidenta.