El Ejército de Japón desplegó misiles en Tokio
Es debido a la tensión en la península coreana y a las constantes amenazas del régimen de Pyongyang. Corea del Norte retiró a sus 51.000 empleados de la planta de Kaesong. El gobierno japonés dispuso sistemas tierra-aire para interceptar un posible lanzamiento de misiles.
Japón ha desplegado misiles Patriot en el centro de Tokio para enfrentar cualquier disparo de Corea del Norte que amenazaría el archipiélago, informó este martes el Ministerio de Defensa.
Dos lanzadores de misiles Patriot fueron instalados en el Ministerio de Defensa, en el corazón de la capital, para interceptar un eventual misil de Corea del Norte, dijo un funcionario a la AFP.
Según la prensa japonesa, los Patriot serán desplegados en otros dos sitios del área de Tokio.
Otras baterías interceptoras serán también instaladas en la isla de Okinawa (sur de Japón), anunció este lunes el ministro de Defensa, Itsunori Onodera.
En un programa de televisión, Onodera dijo que Okinawa era "el lugar más adecuado para responder a cualquier emergencia", agregando que ahora los Patriot podrían ser desplegados en la isla "en forma permanente".
Las fuerzas de autodefensa -el nombre del ejército japonés- han sido autorizadas a destruir cualquier misil norcoreano que amenace el territorio japonés, dijo el lunes un vocero del Ministerio de Defensa.
Además de las baterías Patriot, Tokio ha desplegado destructores equipados con el sistema de intercepción marítima Aegis en el Mar de Japón (Mar del Este para los coreanos), agregó el funcionario.
Por su parte, los trabajadores norcoreanos de un complejo industrial que Corea del Norte administra conjuntamente con Corea del Sur desde 2004 no se presentaron a trabajar el martes.
Algunos gerentes surcoreanos del complejo industrial Kaesong, justo al otro lado de la frontera en Corea del Norte, dijeron el martes que ellos seguirían trabajando pese a la ausencia de sus compañeros.
El lunes, el gobierno de Pyongyang había informado que retiraría 51.000 trabajadores norcoreanos y suspendería las operaciones en el complejo fabril, lo que terminaría con el último lazo económico con Corea del Sur en un contexto de fuertes tensiones entre ambos países.
La decisión fue tomada en medio de amenazas de guerra por parte de Corea del Norte y otras medidas para castigar a Corea del Sur y los Estados Unidos por sus ejercicios militares conjuntos. Además, Corea del Norte está molesta por las sanciones que le impuso la ONU tras su prueba nuclear del 12 de febrero.
La semana pasada Corea del Norte cerró la frontera a los gerentes surcoreanos y el cargamento destinado al complejo, aunque los gerentes que se encontraban ya en el complejo pudieron quedarse. Más de una decena de empresas surcoreanas, entre las 120 que tienen negocios en Kaesong, clausuraron ya sus operaciones ante la carencia de los suministros necesarios.
La mayor parte de los empleados de Kaesong son mujeres. El complejo es el mayor proveedor de empleo en Kaesong, la tercera ciudad del país. Zapatos y ropa conforman el 70% de los bienes producidos; el resto son en su mayoría productos industriales y químicos.
Kaesong es una inusual fuente de divisas para Corea del Norte. El Ministerio de Unificación de Corea del Sur calcula que los obreros norcoreanos de Kaesong recibieron unos US$ 80 millones en salarios en 2012.