El gobierno griego fue derrotado en el Parlamento y convocó a elecciones anticipadas
El primer ministro griego, Antonis Samarás, anunció el llamado anticipado a elecciones presidenciales para el 25 de enero.
Este resultado fortifica las posibilidades electorales de la principal oposición, el izquierdista Syriza, que lidera todas las encuestas electorales, si bien la distancia frente a los conservadores de Nueva Democracia de Samarás se acortó. El último sondeo publicado ayer lo ubicaba al frente con 2,4 puntos porcentuales de distancia.
En la que fue la tercera y última votación que permite la Constitución griega para elegir presidente, el candidato oficialista Stavros Dimas obtuvo sólo el respaldo de 168 de los 300 diputados que integran la cámara legislativa, 12 menos de los 180 necesarios.
La Constitución griega establece que si el presidente de la República, cargo básicamente representativo, no es elegido en ninguna de las tres votaciones, el Parlamento forzosamente debe disolverse en un plazo de diez días y se deben convocar elecciones entre tres y cuatro semanas después.
Para la votación nominal los diputados solo tenían dos opciones posibles: aclamar el nombre del candidato, en señal de respaldo, o decir 'presente', lo que implicaba el rechazo.
En la votación estuvieron presentes los 300 parlamentarios, de los que 132 sólo votaron con 'presente'.
Los representantes de la oposición, especialmente los alineados en Syriya, irrumpieron en aplausos y muestras de júbilo cuando el presidente de la Cámara anunció el resultado de la compulsa.
La Bolsa de Atenas, anticipándose a lo que se preveía sería el resultado final, abrió esta mañana con un fuerte desplome, y en los primeros minutos el índice general ya había caído un 6% respecto al cierre del viernes último.
Respecto a las primeras dos rondas de votación de los diputados en las que se requería el respaldo de dos tercios de la cámara, es decir de 200 diputados, Dimas había obtenido 160 y 168 votos, respectivamente.
El sábado pasado, Samarás hizo un último llamamiento a los diputados para pedir el apoyo a su candidato.
Samarás afirmó que todo el que no lo apoyara, automáticamente se aliaba con el Syriza, cuyo líder, Alexis Tsipras, dejó claro desde un principio que no apoyaría a ningún candidato para forzar elecciones.
El primer ministro sostuvo que una eventual victoria electoral de Syriza llevaría forzosamente a la quiebra del país.
Grecia viene sufriendo los efectos económicos de los acuerdos que suscribió con sus acreedores del eurogrupo encabezado por Alemania, que le brindó créditos a costa de recortar gastos sociales y en infraestructura.