En la segunda jornada de su visita a la Ciudad-Estado de Singapur, el Papa Francisco abordó la situación de los trabajadores migrantes, que suman aproximadamente 300 mil y que no disfrutan de los mismos beneficios que el resto de la población local. En este contexto, el pontífice expresó su preocupación por el estado del orden internacional, el cual, según sus palabras, se encuentra amenazado por conflictos y guerras violentas.