Un matrimonio de Oklahoma, en los Estados Unidos, dejó una enseñanza de amor para las generaciones venideras al probar que ni la muerte pudo separarlos, ya que fallecieron el mismo día pero con pocas horas de diferencia.

Bob y Barbara Pettis, de 85 y 82 años, murieron el 30 de junio pasado, él en un centro médico donde había sido internado por una neumonía y ella en la casa que habían construido juntos en un terreno de Holdenville, informó el sitio News OK.

Los Pettis se habían casado el 1 de septiembre de 1951 y dedicaron su vida a la educación como maestros rurales. Juntos criaron a sus tres hijos, Clay, Leslie y Jim, y cuando su avanzada edad les trajo problemas, uno de ellos se dedicó a cuidarlos.

Clay Pettis, de 59 años, visitaba dos veces al día a su madre y seguía de cerca la evolución de su padre en el hospital, pero el 30 de junio la enfermera nocturna de Barbara le informó que la mujer había muerto en algún momento entre las 3 y las 6 de la mañana.

Ese mismo día, Clay Pettis fue con uno de sus hijos a ver a su padre. El hombre se fue del hospital a las 19.30 y su hijo se retiró 20 minutos después. Bob Pettis murió a las 20, unas 14 horas después de que falleciera su mujer.

"No creo en las coincidencias. Y no le conté a papá que mamá había muerto. Pero estoy segura que él lo supo. Conociéndolo a él, no me sorprende que haya decidido irse también", aseguró Clay, para quien sus padres eran personas comunes con vidas extraordinarias.

"Vivían una vida ordinaria, pero si los mirabas bien de cerca podías darte cuenta de que lo suyo era muy extraordinario. No eran melosos, pero podías notar su amor en sus voces y en el modo de mirarse. En las pequeñas cosas", explicó el hombre.