Explotó un conflicto fronterizo entre Polonia y Bielorrusia y culpan a Putin
El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo que el presidente ruso es el cerebro detrás del flujo de migrantes hacia las fronteras de la Unión Europea.
El primer ministro de Polonia ha acusado a Vladimir Putin de "planear" la crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia con la Unión Europea, mientras que el aliado clave de Minsk en el Kremlin culpó a Europa.
El cada vez mas intenso debate, incluidas las afirmaciones del líder bielorruso, Alexander Lukashenko, de que Rusia podría unirse a un posible conflicto en la frontera, ha subrayado el papel que están desempeñando las alianzas regionales en el enfrentamiento y la consiguiente crisis humanitaria.
Polonia y Lituania han declarado el estado de emergencia en sus fronteras con Bielorrusia, donde Lukashenko ha sido acusado de transportar solicitantes de asilo de Oriente Medio a las fronteras de la UE como venganza por las críticas del bloque a su represión contra la oposición.
La llegada de miles de migrantes y refugiados, muchos del Kurdistán iraquí, a la frontera con Polonia el lunes llevó la crisis a un punto crítico. Los guardias fronterizos polacos dijeron el miércoles que dos grupos de varias docenas de personas habían traspasado las fronteras durante la noche. Fueron arrestados y expulsados, dijeron. Los guardias fronterizos lituanos dijeron que habían impedido 281 intentos de cruzar la frontera ilegalmente el martes.
En una sesión extraordinaria del parlamento el martes por la noche, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, señaló directamente la culpa de la crisis a Moscú y Putin, calificando al líder ruso de un "facilitador" de Lukashenko.
"Este ataque que está llevando a cabo Lukashenko tiene su mente maestra en Moscú, la mente maestra es el presidente Putin", dijo Morawiecki en el Sejm, la cámara baja del parlamento de Polonia, que está dominada por el partido de derecha Ley y Justicia.
Morawiecki dijo que Putin estaba decidido a "reconstruir el imperio ruso" y calificó la crisis en la frontera como "un nuevo tipo de guerra, en la que se utiliza a las personas como escudos vivientes".