Por la crisis en Ecuador, los cancilleres de la UNASUR viajan hoy a Quito para apoyar a Rafael Correa.

Lo confirmó el presidente de Bolivia, Evo Morales, quien también se dirigía esta mañana hacia allí.

Los mandatarios miembros del grupo se reunieron de emergencia en la sede de la Cancillería argentina, el Palacio San Martín.

Por problemas de salud, no estuvo presente Fernando Lugo, de Paraguay y, por el cierre de las elecciones presidenciales, tampoco pudo acercarse el brasileño Lula Da Silva.

La UNASUR exige que “los responsables de la asonada golpista en Ecuador sean juzgados y condenados”.

Al final de la cumbre, el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, señaló que los países miembros “no admitirán ningún golpe de Estado contra los gobiernos legítimamente elegidos, y advirtieron que, en caso de que eso suceda, se tomarán severas medidas”.

Tras su rescate, y en una Plaza de la Independencia repleta de partidarios suyos, Correa, contó como fue atacado con un gas lacrimógeno que lo obligó a internarse en el Hospital de Policía, donde fue secuestrado por los policías.

El presidente ecuatoriano no dudó en definir ese acto como “un golpe de Estado para debilitar” su Gobierno.

Evo Morales trató de “retrógrados” a quienes intentaron destituir al gobierno constituido.

El mandatario boliviano destacó la labor de sus pares de la UNASUR “para evitar los golpes de Estado en los países del bloque”.

Por su parte, el ex militar, ex izquierdista y ex presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez negó estar detrás del intento de golpe de Estado.

Pese a que los policías que secuestraron a Correa le gritaban a éste todo el tiempo vivas a Gutiérrez y su mismísimo abogado capitaneó a las hordas que intentaron tomar los estudios de la Televisión Pública, rechazó las acusaciones en su contra y dijo que “el único responsable de todo lo que sucedió es el propio Rafael Correa”.