En Japón, Toyota reanudó su producción, tras el terremoto y el tsunami del 11 de marzo.

El mayor fabricante automovilístico del mundo había suspendido sus tareas por la catástrofe, que ocasionó problemas en el suministro de sus proveedores y también afectó la producción en el exterior.

En tanto, volvieron a detectar alta radioactividad en la central nuclear de Fukushima. Los técnicos debieron suspender los trabajos para restablecer el sistema de refrigeración.