En Japón, advirtieron que las fugas de material radiactivo de la planta nuclear de Fukushima pueden ser riesgosas para la salud.

El primer ministro, Naoto Kan, admitió que “aumentó en forma considerable” el nivel de radiaciones por el incendio ya controlado en el reactor 4 de Fukushima.

En los días precedentes, evacuaron las viviendas en veinte kilómetros y llamaron a quienes residen hasta treinta kilómetros a que permanezcan en ambientes cerrados y se protejan.

Esta mañana, detectaron fallas en otros dos reactores en Fukushima (el 5 y el 6) y reconocieron que los otros cuatro “no funcionan bien”.

Prohibieron volar sobre la zona de los reactores dañados y clausuraron los vuelos en un espacio aéreo de treinta kilómetros en torno a esa planta nuclear.

En Tokio, también detectaron un nivel de radiación mayor al normal, pero aclararon que “es débil para afectar la salud humana”.

El Gobierno de Francia consideró que el riesgo por el accidente en Japón es “extremadamente elevado” y que las últimas evoluciones “pueden llevar a una catástrofe nuclear”.

A todo esto, Europa acordó analizar la resistencia de sus ciento cuarenta y tres centrales.

Alemania y Suiza suspendieron sus planes para prolongar la utilización de sus instalaciones o construir nuevas.

También crecen las consecuencias económicas del terremoto y el tsunami en Japón.

Este martes, la Bolsa de Tokio cayó más del 10,5 por ciento por la suspensión de actividades de muchas empresas, como consecuencia del terremoto.

La baja se produjo pese a que el Banco de Japón inyectó otros sesenta y un mil millones de dólares para estabilizar el mercado.

Japón ocasionó caídas en las demás bolsas de Asia y también en las de Europa.

También siguen bajando los precios del petróleo por la crisis en Japón y los países árabes, así como por el temor de los inversores.