La prensa noruega buscó interpretar este gesto como una protesta por la desaparición de 43 estudiantes hace dos meses y medio en México, pero en las imágenes difundidas por los medios no se aprecia muy bien la mancha rojiza que haría alusión a la sangre.

En un comunicado, la Cancillería mexicana dijo que le ha ofrecido la asistencia consular al joven, que la prensa azteca identificó como Adán Cortés, de 21 años, estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Tras ser puesto bajo custodia de las autoridades noruegas, Adán habría solicitado asilo político, según el portavoz de la policía en Oslo, John Fredriksen.

La embajada de México en Oslo anunció que "dará seguimiento a la evolución de la situación jurídica" del mexicano.

En su cuenta de Twitter, Cortés dijo que "nunca me arrepiento de nada, nunca me quedo con ganas de nada" y revela que planeó semanas atrás un viaje a Noruega, Dinamarca, España y Costa Rica.

Sus primeras fotos en Noruega las publicó en Facebook el pasado 30 de noviembre.

Señaló que leyó "con lágrimas" en los ojos la noticia de que uno de los 43 estudiantes desaparecidos el 26 de septiembre pasado había sido identificado como Alexander Mora, después de que sus restos óseos fueran rescatados de un basural en la localidad de Cocula, estado sureño de Guerrero.

La multa impuesta al estudiante por entrar de forma ilegal en el ayuntamiento de Oslo, escenario de la ceremonia, asciende a 15.000 coronas noruegas (1.693 euros, 2.098 dólares) y fue aceptada por el joven, por lo que la Policía de Oslo dio por cerrado el caso en su vía penal.

Cortes Salas fue transferido a la unidad de extranjería de la Policía y será trasladado luego al centro de internamiento para extranjeros de Trandum, al norte de Oslo, según consta en un comunicado.

El joven subió al estrado con una bandera de México cuando la paquistaní Malala Yousafzai y el presidente de la Marcha Global contra el Trabajo Infantil, el indio Kailash Satyarthi, posaban con la medalla y el diploma del Nobel de la Paz.

Tras ser apartado por el líder del Comité Nobel noruego, Thorbjørn Jagland, fue retirado segundos después por la seguridad.

Según informó un portavoz policial en rueda de prensa, no tenía invitación para acceder al ayuntamiento ni estaba acreditado como periodista, por lo que se especula que se pudo haber filtrado en medio de un grupo de gente para burlar el control de entradas y de identificación personal.

El incidente provocó críticas de varios estamentos y de los medios noruegos y llevó a la policía a endurecer la seguridad en los restantes actos del programa del Nobel de la Paz.