La visita del Papa complica la seguridad en Río de Janeiro
Pidió trasladarse en un jeep descubierto en vez de utilizar el papamóvil blindado
El Papa intenta moverse sin sentirse trabado por el aparato de seguridad. Ahora se supo que avisó a las autoridades de Brasil que no quiere usar el “papamóvil” blindado para trasladarse en Río de Janeiro y que prefiere el jeep abierto que usa en la Plaza San Pedro para tener mayor contacto con los fieles. “El quiere que el contacto con los jóvenes sea más familiar”, dijo un portavoz de la organización de la Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia Católica, que se hará del 23 al 29 de este mes en Río.
Sin embargo, pese al pedido personal del argentino Jorge Bergoglio sobre el vehículo con el que se moverá dentro de Río de Janeiro, la Fuerza Aérea Brasileña ya envió un avión Hércules C–130 para trasladar desde Roma dos unidades “papamóvil” y un jeep, según Folha de Sao Paulo. Este tipo de vehículos fueron popularizados por Juan Pablo II quien, a lo largo de 25 años de reinado, gustaba darse “baños de masas” en sus innumerables giras por todos los rincones del planeta.
La Iglesia Católica informó que no existe preocupación por el clima de agitación política en Brasil para la seguridad papal en la “ciudad maravillosa”, pero recientemente la prensa informó sobre el aumento de efectivos para cuidar la visita de Francisco, en su primera gira al exterior desde que fue elegido jefe del Estado Vaticano.
Según Folha de Sao Paulo, el número de militares que estará disponible para la seguridad papa subió de 8.500 a 9.700, de los cuales 7.400 son del ejército. El Estado de Río de Janeiro anunció que estarán trabajando en el operativo de seguridad y tránsito unos 6.500 agentes de la policía militarizada. Dos aviones caza de la Fuerza Aérea –un Supertucano y un F5– estarán disponibles para interceptaciones aéreas en caso de extrema seguridad Los vehículos del Estado Vaticano deben llegar mañana a la tarde al aeropuerto internacional Antonio Carlos Jobim de la zona norte de Río.
El viernes se supo en Roma que Francisco había escrito una carta a la empresa Alitalia rechazando que la compañía dispusiera un avión charter especial dotado con una cama, tal como se hizo con los viajes intercontinentales de los predecesores. Luego pidió partir de un aeropuerto común, compartido con el resto de los pasajeros. A esos datos se suma ahora otro: Francisco también hizo muestras de la exhibición de su perfil austero al negarse a ocupar una habitación VIP diferente a la del resto de los cardenales en la residencia de la arquidiócesis de Río.
Además de ofrecer misa en Copacabana donde se esperan 2 millones de jóvenes, el Papa visitará una favela, un hospital de recuperación de adictos a las drogas y confesará a cinco personas.
También se reunirá en el Palacio de Guanabara, sede del gobierno estatal de Río, con la presidenta Dilma Rousseff, quien ya lo visitó en el Vaticano y le dijo, en clave de rivalidad futbolística, que “si el Papa es argentino, Dios es brasileño”.
El miércoles 24 Bergoglio viajará a la ciudad de Aparecida, interior del estado paulista, que es el principal santuario católico del país. En 2007, siendo obispo de Buenos Aires, Bergoglio comandó en Aparecida la Conferencia Episcopal de América Latina (Celam), una de las bases teóricas de la Iglesia Católica para su accionar en la región con más católicos del mundo.