El líder libio, Muammar Kaddafi, aseguró hoy que no se rendirá y que saldrá “victorioso” de la batalla a la capital del país árabe, en un nuevo mensaje difundido por la televisión estatal, mientras los insurgentes, apoyados por aviones de la OTAN lanzaron "el asalto final" en Trípoli.

"No nos rendiremos. No abandonaremos Trípoli a los ocupantes y a sus agentes. Estoy con vosotros en esta batalla", dijo Kaddafi, en el segundo mensaje en menos de 24 horas, mientras la insurgencia avanza sobre Trípoli, tras conquistar varias ciudades en los últimos días en el este y el oeste del país norafricano.

El mensaje de audio emitido por la televisión estatal libia asaegura que Kaddafi está en Trípoli y desmiente asi las versiones que indicaban que el líder libio se había marchado hacia Argelia.

El líder libio, en el poder desde hace más de 40 años, convocó a "todas las tribus libias" a defender la capital y exhortó a sus partidarios a salir por “decenas de miles en Tajura para purgarla de agentes de los colonizadores”, informó la agencia DPA.

Este barrio de las afueras de la capital está ahora bajo control de los rebeldes. “Hoy hay que reconquistar Tajura. Temo, si les dejan, que (los rebeldes) destruyan Trípoli”, aseguró Kaddafi.

Mientras los insurgentes, que desde hace siete meses intentan derrocar al gobierno de Kaddafi, anunciaron hoy el comienzo de la "liberación de Trípoli", donde miles de soldados aliados al líder libio resisten.

"Tenemos contactos con los íntimos del coronel Kaddafi y todo indica que el fin está muy cerca. Este fin podría resultar catastrófico para él y sus seguidores, lo cual significa que él sería capaz de crear una situación de anarquía en Trípoli", declaró Mustafá Abdelyalil, presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), organismo político de los sublevados.

Con la expectativa de que la capital de Libia caerá en manos de los rebeldes próximamente, Abdelyalil pidió a los combatientes insurgentes que se abstengan de los saqueos en Trípoli y que se comprometan a proteger los bienes públicos y privados, además de las instituciones.

El asalto a la capital libia, que los rebeldes planificaron para terminar con los 41 años de Kaddafi en el poder, estaba apoyado por ataques aéreos de los aviones de la OTAN, que atacaron el aeropuerto de Trípli, Maitika.

Pero el mayor objetivo sobre el cual por estas horas apunta la ofensiva de la insurgencia y los ataques aéreos de la OTAN es el complejo Bab al-Aziziya, refugio secreto de Kaddafi, situado en la periferia sur de Tripoli y conectado a la autopista que llega al aeropuerto internacional de la capital libia.

En este contexto, el vocero del Gobierno libio, Musa Ibrahim, dijo: "Tenemos a miles de soldados profesionales y a miles de voluntarios que protegen la ciudad".

"Estas personas no son sólo patriotas, sino que tienen familias y casas que quieren proteger y saben muy bien que si los rebeldes entran, habrá sangre por todas partes", agregó.

Ibrahim denunció también que la OTAN ha llevado a cabo "una campaña inmoral contra (su) pueblo". "Se está ejecutando a gente en las calles de Zauiya (40 km al oeste) en Gharyan (50 km al sur) y en Janzur (en la periferia de la capital), como consecuencia de los bombardeos de la OTAN".

Horas antes, en un mensaje de audio emitido la madrugada del domingo por la televisión estatal, Kaddafi tildó de "traidores" a los insurgentes, acusándoles de querer destruir su propio país. El mandatario volvió a pedir al pueblo que "no desista" y que elimine a "las ratas" que "están destruyendo Libia".

Además, el mandatario de Libia acusó a los rebeldes de ser "agentes" del presidente francés, Nicolas Sarkozy, quien "quiere hacerse con el petróleo libio. Para ganar las próximas elecciones va a decir a su pueblo: `les ofrezco el petróleo libio`, y lo haría gracias a los traidores".

Libia registra un cruento conflicto desde febrero pasado, cuando protestas y levantamientos de rebeldes que exigían la salida de Kaddafi fueron reprimidos.

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el 17 de marzo una resolución sobre la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia para "proteger a la población civil".

Dos días después, una coalición de países occidentales -Reino Unido, Estados Unidos y Francia- lanzaron una operación militar y el 31 de marzo, su mando fue asumido por la OTAN.

El mandato para llevarla a cabo expiraba el 27 de junio. Pero el 1 de junio fue prorrogado por 90 días, hasta finales de septiembre.

La decisión de la ONU de intervenir en Libia dista con la postura tomada en Siria, donde al menos murieron ya 2000 personas desde que estallaron las revueltas antigubernamentales en febrero pasado.