Rebeldes libios capturaron el aeropuerto de Misurata tras intensos combates con el Ejército, en uno de los acontecimientos más significativos en un conflicto mayormente estancado desde hace semanas. Hacia la tarde-noche, los rebeldes mantenían pleno control del complejo aeroportuario, que está ubicado al sur de Misurata y que también alberga un mercado y una prisión.

En Ginebra, en tanto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, hizo hoy un nuevo llamado a un "alto el fuego inmediato y verificable" en Libia y exigió acceso irrestricto a las todas zonas del conflicto para las misiones humanitarias. La máxima autoridad de Naciones Unidas dijo que anoche habló por teléfono con el primer ministro libio, Baghdadi Ali al-Mahmoudi, para comunicarle sus dos demandas, al tiempo que llamó a las fuerzas del gobierno a dejar de atacar zonas civiles.

Ban agregó que el premier libio aceptó recibir a un enviado de la ONU dispuesto a partir ya hacia Trípoli para iniciar "negociaciones en torno a una resolución pacífica del conflicto y a un acceso sin impedimentos para los trabajadores humanitarios". El bloqueo y los combates, que duraron dos meses provocaron una grave crisis humanitaria en Misurata. Doctores locales afirman que más de 1.000 personas murieron en la ciudad de 400.000 habitantes, de la que fueron evacuados por mar unos 13.000 trabajadores extranjeros.