Según afirmó a la salida del encuentro Frank-Walter Steinmeier, líder del grupo socialdemócrata, en la oposición, los países europeos quieren elevar la capacidad del fondo de los 440 mil millones de euros con los que cuenta tras su última actualización el pasado julio a un billón de euros.


Con esta potencia de fuego, los Estados del euro y Bruselas confían en edificar un cortafuegos frente al riesgo de que los problemas se sigan extendiendo por la periferia europea, con Italia y España como posibles próximas víctimas de las turbulencias en los mercados de deuda.


Sin embargo, Berlín quiere evitar un uso demasiado fácil de este fondo porque cree que desincentivaría a los países a poner en orden sus finanzas. Además, se niega a poner más dinero que los 210 mil millones de euros ya comprometidos.


Francia, por su parte, teme perder la máxima calificación de su nota AAA si se emplea el modelo equivocado. El anuncio de que el mecanismo de apoyo llegará al billón de euros, de momento, ha permitido a las Bolsas europeas consolidar, a poco del final de la sesión del lunes, las tímidas ganancias que han registrado durante buena parte de la jornada.


Según se planteó durante el fin de semana en la cumbre de la UE, quedan dos posibilidades sobre la mesa una vez descartada la opción de que este instrumento de emergencia se convierta en banco y pueda pedir prestado de forma ilimitada al Banco Central Europeo (BCE).