En Estados Unidos, Barack Obama anunció un acuerdo para evitar la cesación de pagos. El presidente admitió que “no es el plan que quería, pero es el que se pudo pactar”.

La iniciativa eleva el techo de endeudamiento, pero habrá fuertes recortes y no se aumentarán los impuestos a los ricos ni se les quitarán exenciones impositivas, como pretendía Obama. Así, todo el peso del rescate al sector financiero que causó la crisis (rescate que aceleró el déficit y el endeudamiento desde las postrimerías de la presidencia de George W. Bush) seguirá pagado por la clase media baja y las decenas de millones que deben optar por la ayuda estatal para sobrevivir.

El borrador proyecta la reducción del déficit de tres billones de dólares en diez años.