Poco antes de comenzar oficialmente el rescate de los 33 mineros atrapados en la mina de Copiapó, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, confió en que “lo que empezó como una tragedia, finalice como una verdadera bendición”.

El jefe de Estado del país trasandino aseguró que “hemos cumplido con el compromiso de no rendirnos jamás”.

El mandatario, que brindó una conferencia de prensa mientras encabezaba la operación de salvataje de los trabajadores encerrados a 700 metros bajo tierra desde el 5 de agosto, aseguró que el episodio “nunca más se va a repetir”.

“Yo espero que se produzca un cambio bien notable en la seguridad y dignidad con que trabajan nuestros trabajadores (…) se trata de un compromiso del Estado y de las empresas”, advirtió el presidente.

Asimismo, Piñera destacó la solidaridad que recibió de países y personas de todo el mundo que movilizaron recursos ante esta tragedia.

Para el mandatario chileno, “la fe ha movido montañas” y reconoció la labor de centenares de técnicos, ingenieros, rescatistas, la presencia de los familiares que con “fe, coraje y voluntad” acompañaron un salvataje que tuvo un primer resultado positivo el 22 de agosto, cuando de las entrañas de la tierra salió escrito en un papel: “estamos bien en el refugio los 33”.