Tras pasar varias horas cautivo en un hospital de Quito, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, fue rescatado por un grupo militar y dirigió un discurso a una multitud que aguardaba su arribo en las inmediaciones del Palacio de Gobierno.

Correa sostuvo que vio “con profunda tristeza como se ha derramado sangre ecuatoriana inútilmente" y reafirmó que fue "secuestrado por un grupo de pseudo policías con muchos infiltrados que solo pensaban en conspirar".

El mandatario ecuatoriano agradeció "al pueblo ecuatoriano y a todos los estamentos que me apoyaron" y se comprometió a "no negociar nada" y a "castigar" a los responsables de la sedición. Agradeció también a los mandatarios de Unasur "que se están reuniendo en estos momentos en Buenos Aires".

En ese marco, los presidentes de Sudamérica se reúnen de urgencia en Buenos Aires y preveían trasladarse luego a Quito para expresar su mayor gesto de apoyo político al gobierno del ecuatoriano Rafael Correa, por la grave crisis institucional que atraviesa.

Está previsto que se complete la llegada de los mandatarios. Hugo Chávez (Venezuela), José Mujica (Uruguay), Juan Manuel Santos (Colombia), Alan García (Perú), Evo Morales (Bolivia) y Sebastián Piñera (Chile) iban a tomar parte de la reunión, mientras que el paraguayo Fernando Lugo enviará a su vicecanciller, lo mismo que el brasilero Luiz Lula Da Silva.