El reciente robo ocurrido en la finca de Shaw Farm, que forma parte del "estate" real de Windsor, ha suscitado inquietudes en torno a la seguridad de la familia real británica. Este incidente tuvo lugar en la noche del 13 de octubre, cuando dos ladrones enmascarados accedieron a la propiedad, situada en un área considerada de alto nivel de seguridad, donde residen el príncipe William, la princesa Kate y sus tres hijos.