Rousseff denunció "una guerra psicológica para perjudicar" la economía brasileña
Durante su salutación de fin de año, la presidenta brasileña pronosticó "un 2014 mejor que 2013" y proclamó que su país está "a un paso de acabar con la miseria absoluta".
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, advirtió que sectores presuntamente interesados en perjudicar la marcha de la economía lanzaron una "guerra psicológica". En un discurso que ofreció anoche para saludar al pueblo brasileño por el fin de año, Dilma dijo que, pese a esa circunstancia, la situación está bajo control e incluso pronosticó que 2014 será mejor que 2013, y adelantó que su gobierno está "a un paso de acabar con la miseria absoluta" en el país.
"Si algunos sectores, sea por el motivo que fuera, instalaran la desconfianza, especialmente una desconfianza injustificada, eso es muy malo: la guerra psicológica puede afectar las inversiones y retardar iniciativas", alertó, según consignó la agencia Ansa. Analistas y dirigentes opositores criticaron en las últimas semanas el aumento del gasto público y el alza de precios, y advirtieron sobre el riesgo de que las agencias internacionales bajen el rating de la deuda brasileña.
El discurso de Rousseff, que se encuentra de vacaciones en una playa de la región nordeste, tuvo una duración de 12 minutos y fue transmitido por cadena de radio y televisión. En su transcurso realizó un balance del año y recordó las masivas movilizaciones de junio, cuando su popularidad cayó pronunciadamente, y en ese sentido aseguró haber adoptado medidas en respuesta a las demandas.
"Escuchamos sus reclamos implantando programas para cumplir nuestros compromisos", señaló la presidenta antes de citar al programa Más Médicos para prestar asistencia en barriadas humildes y a través del cual llegaron al país 6.658 profesionales, cifra que subirá a 13.000 en 2014, según prometió. "Siento la alegría de poder decirles que comiencen el 2014 con la seguridad de que su patrón de vida será aún mejor del que tienen hoy, sin riesgo de desempleo o de abrir su propia empresa", manifestó.
La mandataria afirmó que, con ese objetivo, su gobierno “reforzó” el programa Brasil Sin Miseria, que atiende a cerca de 50 millones de personas que viven bajo el umbral de la pobreza. "Somos uno de los raros países donde el nivel de vida no retrocedió o se hizo pedazos por la crisis”, observó.