Dos atentados sacudieron hoy a Damasco y causaron más de 40 muertos y al menos 170 heridos, según informó la televisión local. "Ocho bolsas están llenas con restos humanos", dijo un funcionario del ministerio de Salud a la televisión.

Tanto el gobierno como la oposición se acusan de haber perpetrado los atentados con explosivos, "los más importantes en Siria desde el inicio de la revuelta", en marzo de 2011, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).

Los ataques, prácticamente simultáneos, ocurrieron a primeras horas de la mañana en el barrio de Qazzaz, al sur de la capital siria y muy cerca del centro de inteligencia del gobierno.

La televisión estatal aseguró que "los terroristas" fueron los responsables de los ataques en una avenida de gran circulación, "en momentos en que las personas se dirigían a sus trabajos y los niños a la escuela". Fuentes oficiales afirmaron que la mayoría de las víctimas serían civiles.

En la zona de los ataques podían verse cuerpos destrozados mezclados con autos destruidos y escombros de edificios parcialmente dañados. Las explosiones produjeron un cráter de tres metros de profundidad y dos grandes y espesas columnas de humo.

Los servicios de rescate, ayudados por los vecinos, retiraban los cadáveres calcinados de entre los restos de vehículos, aún humeantes.

"¿Esta es la libertad que ustedes quieren? Murieron niños que iban a la escuela y empleados que iban a sus trabajos", gritaba un vecino en las pantallas de la televisión estatal.

El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de oposición, acusó a Al Asad de estar detrás de los ataques con el objetivo de generar temor entre los observadores internacionales y respaldar sus denuncias sobre la presencia de Al Qaeda y otros grupos armados en Siria.