Con una celebración popular que incluyó bailes tradicionales y festejos en plena calle, Sudán del Sur -un territorio de mayoría cristiana- se convirtió esta noche en el país más joven del mundo, al concretar su independencia de Sudán, dominado por la población musulmana. Con la independencia, concluye el proceso de paz tras una guerra civil que duró 20 años y dejó 2 millones de muertos.

Miles de personas siguieron en las calles de Juba, la capital del nuevo país, la cuenta regresiva para la medianoche. El repique de las campanas dio paso a los fuegos artificiales, en medio del júbilo de los asistentes. "¡Somos libres, somos libres. Adiós al norte, buen día felicidad!", gritó una ciudadana de Sudán del Sur, Mary Okach, en medio de la multitud. "Hemos luchado por mucho tiempo, este es nuestro gran día, no pueden imaginar lo que sentimos", expresó, por su parte, un estudiante universitario de 27 años, que viajó desde El Cairo para celebrar el nacimiento de su país.

Los festejos de la independencia contaron con la participación del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y alrededor de 30 líderes africanos. "El pueblo de Sudán del Sur realizó un sueño. La ONU y la comunidad internacional continuarán junto a ustedes", afirmó el titular de Naciones Unidas. Sudán, en tanto, había anunciado ayer el reconocimiento de la nueva República de Sudán del Sur.

El nuevo país es la culminación de un referendo realizado en enero, donde el 99% de la población respaldó la creación de un estado independiente. La consulta se efectuó en conformidad con un acuerdo de paz concertado en 2005 que puso fin al conflicto más reciente entre el norte y el sur. Al menos dos millones de personas murieron en la guerra civil más reciente de Sudán, librada de 1983 a 2005.