De acuerdo con una investigación publicada por el New York Times, Rusia movilizó a sus generales a las líneas del frente de batalla en el marco de su conflicto con Ucrania con el objetivo de motivar a las tropas, sin embargo en sus traslados se hicieron fáciles de rastrear al colocarse próximos a antenas y matrices de comunicación. 

Esto permitió a las fuerzas ucranianas abatir a generales rusos y precisamente en abril de 2020, a dos meses del estallido del conflicto, Guerásimov comenzó a tejer planes secretos para trasladarse al frente de confrontación, un propósito que fue identificado por las fuerzas militares estadounidenses, que decidieron no comunicarlo a Ucrania. 

Reservaron la información porque temían que los uniformados ucranianos atacaran al mando ruso. "Asesinar al general Guerásimov podría escalar el conflicto de forma aguda, dijeron oficiales, y mientras los estadounidenses estaban comprometidos con ayudar a Ucrania, no querían propiciar una guerra entre Estados Unidos y Rusia", apuntó The New York Times en su investigación. 

Pese a las reservas norteamericanas, las fuerzas ucranianas se enteraron de todos modos de los movimientos de Guerásimov, por lo que, luego de consultar con la Casa Blanca, los mandos estadounidenses pidieron explícitamente a Ucrania desistir del ataque. 

Pero la solicitud llegó muy tarde, pues los ucranianos ya habían lanzado su agresión contra la posición del general ruso. Sin embargo, si bien decenas de rusos perdieron la vida en el ataque ucraniano, el jefe del Estado Mayor del Ejército ruso no se contó entre las víctimas mortales.