Grandes cantidades de piedras pómez, arrojadas hace meses por un volcán submarino, han obstruido docenas de puertos y dañado barcos pesqueros a lo largo de las costas más al sur de Japón.

El secretario jefe adjunto del gabinete, Yoshihiko Isozaki, dijo el viernes que la piedra pómez había afectado hasta ahora a 11 puertos en Okinawa y otros 19 en la prefectura de Kagoshima, en la isla de Kyushu, en el extremo sur de Japón, y obligó al gobierno central a establecer un grupo de trabajo de recuperación de desastres.

Aproximadamente 40 barcos pesqueros resultaron dañados, incluidos seis que no pudieron moverse, y los servicios de ferry que conectan islas remotas en Okinawa y Kagoshima se han suspendido temporalmente.

El gobernador de Okinawa, Denny Tamaki, dijo que había habido "un gran impacto en las industrias pesquera y turística, así como en el medio ambiente" y que el problema debe abordarse rápidamente.