El camarista Otilio Romano, acusado de crímenes de lesa humanidad, recibió asilo político en Chile. Las autoridades trasandinas le concedieron una visa temporaria por ocho meses. El juez es investigado por su participación en ciento siete casos de lesa humanidad y tenía que presentarse este jueves ante la Justicia.

Por Continental, Luz Faingold Casenave, querellante en la causa por haber sufrido detención ilegal durante la última dictadura siendo menor de edad, relató cómo Romano la fue a ver a su lugar de detención, “pero nunca colaboró” para que la liberasen. “Romano no es un perseguido político él tiene todas las garantías que yo no tuve”, subrayó.

En La Mañana, consignó que, “en el momento de mi secuestro, era el fiscal a cargo de la causa que nos iniciaron a un grupo de políticos. Fuimos sujetos a abusos y torturas y ni nos daban de comer. Romano visitó mi calabozo porque mi padre había pedido mi restitución. Él vino me miró y se fue yo yo creí que me iba a liberar. Él negó todos los hábeas corpus de personas que después fueron desaparecidas. Aceptaba declaraciones obtenidas por medio de tortura. Él le dijo a Miret que a pesar de mi corta edad yo era muy peligrosa así que me mandaron a un hogar. Romano no es un perseguido político él tiene todas las garantías que yo no tuve. Los canales no explican lo que realmente es lesa humanidad. Yo fui una refugiada política y tuve que viajar a Francia”