El drama de un adolescente que vio cómo su padre ahorcó a su madre
Omar Gebruers, abogado de la familia de la mujer asesinada, relató la historia, ocurrida en 2004, cuando el joven tenía 5 años, y revelada ahora, cuando el hijo del ex boxeador profesional Víctor Purreta tiene 13.
El hecho ocurrió en 2004 en La Pampa. El niño, de 13 años, recién ahora se animó a contarle a la Justicia que cuando él tenía 5 años su papá le dio una feroz golpiza a su mamá, la ahorcó y desde entonces la mujer se encuentra desaparecida
El 9 de febrero de 2004 estaba en su casa, en la ciudad de Santa Rosa, capital de La Pampa, y de pronto empezó a escuchar una fuerte discusión de sus padres. Víctor Purreta, por aquel entonces boxeador profesional, golpeó ferozmente a su mujer y la ahorcó con un rebenque. Así lo reveló esta semana el hijo de la pareja, hoy un adolescente de 13 años, pero quien presenció la escena cuando tenía apenas 5 años.
La víctima desde entonces se encuentra desaparecida. Horas después de la discusión, Purreta fue visto en una camioneta. El ex boxeador argumentó ante la Justicia que salió a dar una vuelta, a comprar cigarrillos, y que al volver advirtió que su esposa ya no estaba.
El chico decidió revelar la historia ante una psicóloga, y con el nuevo juez a cargo de la causa detrás de un vidrio, sin que pudiera verlo. El chico contó además que su padre, tras la golpiza, llevó a su mamá a la ducha, en un intento por reanimarla”, reseñó por Continental Omar Gebruers, abogado de Ferreyra.
“Después la dejó tendida en la cama. Le llevó un colchón a la cocina al chico y lo hizo dormir allí”, añadió en Magdalena Tempranísimo. Gebruers presume que en las horas siguientes, el ex boxeador se deshizo del cuerpo: “Es triste lo que pasa. Por un lado la esperanza que se esclarezca, y por el dolor de la comprobación de la muerte de Andrea. Y ahora hay que encontrar el cuerpo”, reclamó.
La desaparición de la joven, tenía 25 años en el 2004, se conoció diez días después cuando su madre fue a buscarla, preocupada porque no respondía a los llamados telefónicos. Meses después de la desaparición, Purreta fue condenado a cinco años de prisión porque se encontró que sometía a explotación sexual a su esposa. Tres años más tarde, no obstante, salió en libertad condicional. Sobre él también pesan otras tres condenas, dos por golpear a dos parejas y otro caso de proxenetismo, que se encuentra apelado.
Tras la denuncia del niño, el martes, unos 30 agentes de la Policía Federal realizaron excavaciones en un predio cercano al campo de doma y en inmediaciones de la Feria de Toay, localidad ubicada a 13 kilómetros de Santa Rosa, pero los resultados dieron negativos. El cuerpo de Andrea sigue sin aparecer.