La prueba sobre el cuerpo de la menor arrojó ese resultado, que daría un giro total en la causa. El fiscal Tavolaro ya recibió la notificación.

Candela, por alguna razón aún desconocida, salió de su casa de calle Coraceros, en Villa Tesei, cerca de las 15.30 del lunes 22 de agosto. Caminó al menos tres cuadras por calle Bustamante y, en el trayecto, se cruzó con el vecino Luis Rodríguez, quien la conocía desde muy chica. “La nena fue a algún lado que hasta el momento no conocemos”, dijo un vocero.

Anteanoche, siguiendo la línea de investigación que tiene como presunto móvil un ataque sexual cometido por pedófilos, declararon ante psicólogos policiales varias amigas de Candela. Querían saber si ellas habían detectado algo que pudiese encaminar esa línea de trabajo.

Mientras tanto, sigue detenido Hugo Elbio Bermúdez Rodríguez (53), acusado como presunto autor material por una testigo de identidad reservada. Para el fiscal, los partícipes necesarios del crimen serían la dueña de la casa de la calle Kiernan 992 donde hallaron ADN de la menor, Gladys Mabel Cabrera (41), y el carpintero y cuidador de esa vivienda, Ramón Néstor Altamirano (55). Además, están sospechados de encubrimiento agravado Alfredo Monteros (75), Alfredo Monteros hijo (37) y el fletero Gustavo Valenzuela (44).

El prestigioso perito y médico forense Osvaldo Raffo, que tuvo acceso a la autopsia de la menor, reveló que Candela fue asfixiada por una sola persona que le comprimió las vías respiratorias. Y aseguró: “Por la mecánica de la muerte no podemos descartar que haya sido precedido por un ataque sexual”, presunción que complementa al informe presentado al fiscal Tavolaro por la patóloga de la Policía Científica.