Se suscitaron graves disturbios frente a la comisaría de Hurlingham donde se apostaron cientos de manifestantes en una nueva marcha para reclamar justicia tras el brutal asesinato de Candela Rodríguez.

Un grupo de vándalos arremetió contra el segundo de la fuerza bonaerense, Hugo Mtzkin, cuando éste salió de la sede policial con la intención de dialogar con los vecinos. Al uniformado, le propiciaron empujones y escupitajos; también volaron algunas piedras y huevos.

El comisario, subjefe de la policía de la provincia de Buenos Aires, buscaba reunirse con la cabeza de la manifestación para dar respuesta a los reclamos de información sobre la causa.

Los revoltosos fueron identificados como activistas del Partido Obrero, encabezados por el dirigente Carlos Astudillo.

Como consecuencia de los disturbios, tres policías resultaron heridas leves. En tanto, efectivos de la Guardia de Infantería se hicieron presentes con escudos en la entrada de la sede policial para evitar mayores desmanes.

La muchedumbre que asistió a la concentración elevó cánticos como "Los chicos no se tocan" y "Respeto por Candela", además de insultos a las fuerzas de seguridad.