El fiscal de la Corte Penal Internacional de La Haya, Luis Moreno Ocampo, fue encomendado por el tribunal para que investigue los crímenes cometidos en Libia.

“La tecnología está cambiando el mundo; los twitter y los Facebook conectan a la gente de un modo distinto para hacer marchas pero también reacciona distinto el Consejo de Seguridad en Nueva York”, remarcó en La Vuelta.

“En el caso de Libia el rechazo de la comunidad internacional es unánime y el Consejo de Seguridad de la ONU que remite el caso a la Corte Penal lo hace por consenso. El mundo está cambiando a una velocidad que no nos damos cuenta”.

La Corte Penal Internacional. “Es el resultado de una evolución de 65 años. Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se descubren los crímenes del Holocausto, se hace el primer Juicio Internacional. Antes, la justicia era un atributo nacional. Allí se decide que exista un tribunal mundial para juzgar los genocidios pero eso queda aplacado durante la guerra fría”, recordó Moreno Ocampo.

“En Camboya –recordó- murieron 2,5 millones de personas y se ignoró por cuestiones políticas”.

“Cuando cae la guerra fría, a principios de los ’90, el Consejo General de Naciones Unidas, decide crear un tribunal especial por el genocidio en Yugoslavia y luego en Ruanda. Esa lógica hace que en el año 1998 se consuma la creación de la Corte Penal Internacional”, detalló.

Finalidad. “La idea es que no se pueden cometer crímenes masivos, como genocidios o crímenes de lesa humanidad”, resaltó Moreno Ocampo.

“Nos pidieron que investiguemos Libia; ahora estamos tomando evidencias, pruebas. En 4 de mayo tengo que llevar un informe”, precisó y dijo que ellos están facultados para poner entre rejas a un presidente en ejercicio. Hay pabellones en Holanda.

“El concepto es que el mundo se ha puesto junto para que no haya más crímenes masivos; hay un avance”, resaltó.

Sobre el conflicto en Libia, Argentina rechazó la acción militar, tal como lo hizo Brasil.

“El Juicio a las Juntas fue el primer juicio a los militares máximos por crímenes masivos y tuvo otra peculiaridad: fue visto por todo el mundo y una pieza clave en la transición democrática”, dijo.

“Chile comenzó a juzgar a mucha gente pero mucho después; en Uruguay ya hicieron dos referéndum y en sendas ocasiones decidieron no investigar el pasado”, comparó.

“Tenemos los jueces, tenemos los fiscales pero no tenemos la sociedad y los líderes políticos para llevar esto adelante”, lamentó Moreno Ocampo, en relación al arduo trabajo que desempeñan en la Corte Internacional.