Hace cuarenta años, una dictadura genocida agonizaba. Sus recetas económicas se habían desplomado, su capacidad de manipulación de la opinión pública se esfumaba y su permanencia en el poder empezaba a ponerse en cuestión. La Multipartidaria y la CGT presionaban por el regreso de la democracia y un 30 de marzo marcharon a Plazo de Mayo para incrementar la presión.