Alberto Fernández, Macron y Petro son intermediarios en la negociaciones entre los delegados de Maduro y la oposición venezolana
Los presidentes argentino, francés y colombiano, junto a Noruega, se unieron para entablar la conversación política en Venezuela y que el país avance con un modelo democrático
Alberto Fernández, Emmanuel Macron y Gustavo Petro lograron reactivar las negociaciones entre los delegados de Nicolás Maduro y la oposición en Venezuela, pausadas desde 2021, destinadas a garantizar la viabilidad de la transición democrática en el país.
Eso fue planteado en un encuentro entre los presidentes de Argentina, Francia y Colombia en el Foro de París por la Paz con Jorge Rodríguez, titular de la Asamblea Nacional, y Gerardo Blyde, histórico negociador de Juan Guaidó, para abrir una nueva instancia diálogo público que permita resolver la crisis política y económica que afecta Venezuela.
En un comunicado firmado por Alberto Fernández, Macron y Petro, los resultados del Cónclave de París quedaron explicitados. “Esta iniciativa tiene por objetivo animar a los actores políticos venezolanos a acordar una salida a la crisis, con miras a unas elecciones presidenciales libres, democráticas y con observación electoral internacional en 2024 en Venezuela”, sostiene el comunicado en su último párrafo.
La problemática entre los delegados de Maduro y los miembros de la oposición se basa en dos ejes distintos. Hay un andarivel político que se vincula a las libertades civiles y al proceso electoral, y un capítulo económico y social atado al bloqueo que sufre Venezuela y a las sanciones financieras impuestas por Estados Unidos y Europa.
Por un lado, la oposición al régimen de Maduro demanda que se anulen las acciones autoritarias del Gobierno, mientras que los negociadores oficiales reclaman que concluya el bloqueo y las represalias financieras. La iniciativa establecida en el Foro de la Paz, entablada entre los distintos presidente junto a la canciller de Noruega Anniken Huitfeldt, intenta que los dirigentes políticos venezolanos desarrollen una salida a la crisis, con miras a unas elecciones presidenciales libres, democráticas y con observación electoral internacional en 2024 en Venezuela.
Como facilitadores de las conversaciones, los jefes de Estado no pueden participar en las negociaciones y se limitarán a ordenar el debate y promover soluciones de método.
Una democracia plena en Venezuela puede llevar a la mejora de relaciones bilaterales con Colombia, el freno del flujo migratorio en la región, que Rusia, Irán y China pierdan peso geopolítico en América Latina y que ese país con una larga historia institucional regrese a los organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización de Estados Americanos (OEA).